El Dragón y el Circo de las Maravillas

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El Dragón y el Circo de las Maravillas
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El Dragón y el Circo de las Maravillas. Había una vez un dragón llamado Zoltar. Era conocido en todo el reino por ser el ser más grande y poderoso de todos. Había nacido en las montañas y siempre había vivido allí, en lo alto, contemplando el valle y todo lo que había debajo.

Un día, mientras volaba por los cielos, algo llamó su atención. Algo que nunca había visto antes. Se trataba de un circo que se extendía por todo el valle. Zoltar se detuvo en el aire y observó asombrado cómo los artistas realizaban todo tipo de acrobacias y magia, mientras la gente aplaudía y disfrutaba de todo ello.

Por primera vez en su vida, Zoltar sintió curiosidad por algo que estaba sucediendo en el valle. Decidió acercarse un poco más y observar todo desde una distancia más cercana. Se posó en una colina cercana, desde donde podía ver todo el espectáculo.

Pronto, Zoltar se dio cuenta de que aquel circo era diferente a todo lo que había visto antes. No era como las ciudades llenas de ruido y contaminación que había sobrevolado en ocasiones anteriores. No, aquel lugar parecía lleno de energía y vida, y eso le resultó fascinante.

Después de un rato, Zoltar decidió que quería saber más sobre aquel circo. Se desplazó al otro extremo del valle y se acercó al campamento, pero se detuvo antes de entrar. No sabía cómo reaccionarían los humanos si lo vieran por allí.

Sin embargo, pronto se dio cuenta de que no tendría que preocuparse, ya que los humanos en el circo no parecían tener miedo de él. Al contrario, se acercaban a él para hablarle y acariciarle, lo que lo sorprendió bastante.

Zoltar también se hizo amigo de algunos de los artistas, como la mujer que hacía malabares con fuego y el hombre que montaba a caballo. Pronto se sintió cómodo allí, como si aquel circo fuera su hogar.

Sin embargo, no todo era perfecto en el circo. Había un hombre que siempre parecía estar enojado y que trataba mal a los animales. A Zoltar le molestaban sus malos tratos, así que decidió hacer algo para ayudar.

Mientras el hombre estaba durmiendo una noche, Zoltar entró en su carpa y les enseñó a todos los animales cómo liberarse de sus ataduras. Cuando el hombre se despertó por la mañana, se dio cuenta de que todos los animales habían escapado.

Pero no solo eso, sino que el circo había desaparecido por completo. Los artistas se habían marchado, dejando a Zoltar solo en el valle. El dragón se sintió triste al ver que todo lo que había conocido hasta entonces había desaparecido.

Sin embargo, pronto descubrió que tenía un nuevo hogar en el valle. Allí había mucho más que un circo fugaz. Había montañas por explorar, lagos por nadar y bosques por recorrer. Descubrió que el valle era un lugar lleno de vida y aventuras, y Zoltar estaba contento de haber sido parte de él.

Así que decidió quedarse allí el resto de su vida, explorando cada rincón del valle y haciendo nuevos amigos en el camino. Ya no era el dragón solitario de las montañas, sino un miembro más del valle.

Y así es como Zoltar descubrió que el hogar no es solo el lugar donde naces, sino también el lugar donde encuentras la felicidad y la aventura. Y, en ocasiones, donde puedes hacer una pequeña diferencia en el mundo.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
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