El Dragón y el Desfile de las Mariposas. Había una vez un dragón llamado Fafnir que vivía en un bosque cercano a un pequeño pueblo. Fafnir era un dragón solitario que prefería pasar la mayor parte de su tiempo durmiendo o buscando tesoros en cuevas cercanas.
Un día, mientras dormía tranquilamente en su cueva, Fafnir fue despertado por un extraño ruido en el bosque. Abrió sus grandes ojos dorados y se levantó para investigar. Mientras caminaba por el bosque, se encontró con un grupo de niños que jugaban.
Al principio Fafnir estaba asustado, ya que nunca había estado tan cerca de humanos antes. Pero pronto se dio cuenta de que no tenían intenciones malas hacia él. De hecho, los niños eran muy amables y curiosos, y estaban emocionados de conocer a un dragón de verdad.
Fafnir disfrutó pasar tiempo con los niños y les contó historias sobre sus aventuras en el pasado. Los niños, a su vez, le contaron a Fafnir sobre el pueblo y las personas que lo habitaban. Fafnir se dio cuenta de que nunca había conocido a nadie como ellos antes, y se sorprendió al encontrar tanta amabilidad y compasión en sus corazones.
Un día, mientras hablaba con los niños cerca del río, Fafnir notó que estaban preocupados por algo. Le contaron que un monstruo estaba atacando el pueblo y que habían estado buscando ayuda para detenerlo. Fafnir sabía que tenía que hacer algo para ayudar, y decidió ofrecer su ayuda.
Los niños se emocionaron al ver a Fafnir decidido a ayudar, y rápidamente lo llevaron de regreso al pueblo. Cuando llegaron allí, Fafnir se encontró con los habitantes del pueblo, quienes estaban aterrorizados por el monstruo que los amenazaba. El monstruo era un gran oso gris que había comenzado a atacar a los habitantes, robando su comida y destruyendo sus hogares.
Fafnir acordó ayudar al pueblo a luchar contra el monstruo, y pronto comenzó a trabajar en un plan para detenerlo. Sabía que el oso era poderoso y que necesitaría la ayuda de los habitantes del pueblo para vencerlo.
Durante días, Fafnir trabajó junto con los habitantes del pueblo para preparar trampas y armar defensas. Los niños lo ayudaron a buscar las mejores rutas de escape y los escondites más seguros en caso de emergencia.
Finalmente, llegó el día de la gran batalla. El oso gris hizo su aparición, y el pueblo estaba listo para luchar. Fafnir lideró la lucha, usando su fuerza y su aliento de fuego para disuadir al oso de atacar. Al final, con la ayuda del pueblo, Fafnir logró derrotar al monstruo, y la tranquilidad regresó al pueblo.
Después de la batalla, Fafnir fue recibido con amor y gratitud por parte de los habitantes del pueblo y de los niños. Había demostrado que era algo más que un simple dragón solitario, que también podía ser un amigo y un valiente defensor. Los habitantes del pueblo lo invitaron a quedarse y vivir entre ellos, en una cueva que le proporcionarían y donde estaría seguro y a salvo.
Fafnir aceptó la oferta con alegría, y desde entonces se convirtió en un miembro querido del pueblo. Ham, uno de los niños con los que pasaba el tiempo, se convirtió en su amigo más cercano, visitando su cueva y leyéndole cuentos. Nunca dejó de sorprenderse de la amabilidad y el coraje que los habitantes del pueblo tenían en su corazón.
Juntos, Fafnir y los habitantes del pueblo vivieron en paz y armonía, cuidando uno del otro y protegiéndose mutuamente. Fafnir nunca olvidó el día en que se convirtió en un héroe para su pueblo y aprendió que, aunque a veces es fácil aislarse del mundo, nunca hay que cerrar la puerta del todo. Después de todo, en cualquier momento, puede que lo necesiten, puede que necesiten a alguien como él, que esté dispuesto a ayudar en cualquier momento de necesidad.
