El Dragón y el Reino de las Auroras Boreales

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El Dragón y el Reino de las Auroras Boreales
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El Dragón y el Reino de las Auroras Boreales. Hace muchos años, en un reino lejano, vivía un dragón llamado Axl. Axl era un dragón distinto a los demás: mientras que el resto de dragones buscaban acumular riquezas y tesoros, él se dedicaba a ayudar a los habitantes del reino.

Un día, mientras Axl sobrevolaba el reino, vio a un grupo de aldeanos que se encontraban en apuros. Parecía que un grupo de bandidos había atacado su aldea y estaban robando todo lo que encontraban a su paso. Axl no dudó en acercarse para ayudar. Se posó enfrente de los bandidos y, con un fuerte rugido, los hizo huir.

Los aldeanos, agradecidos por su ayuda, le ofrecieron alojamiento en su aldea. Desde entonces, Axl se convirtió en su protector y, cada vez que los bandidos amenazaban con atacar de nuevo, Axl estaba ahí para ahuyentarlos.

Pero no todo era fácil para Axl, pues los demás dragones del reino se burlaban de él por su empeño en ayudar a los habitantes del reino en lugar de acumular riquezas como ellos. Pero Axl seguía adelante, ya que su corazón le dictaba que debía hacer lo correcto.

Cierta vez, cuando Axl viajaba en busca de algún lugar donde su presencia fuera necesaria, encontró a un solitario hombre que estaba siendo asaltado por un grupo de bandidos. Axl no lo pensó dos veces y atacó a los bandidos, salvando así la vida del desconocido.

El hombre, agradecido por su ayuda, le ofreció hospedaje en su hogar durante unos días mientras se recuperaba de las heridas. Durante ese tiempo, Axl se dio cuenta de que aquel hombre estaba pasando por un gran dolor debido a la pérdida de su esposa e hijos a manos de los mismos bandidos que habían atacado la aldea que él había salvado anteriormente.

Axl sabía que no podía dejar que el dolor consumiera a aquel hombre, por lo que decidió ayudarlo a encontrar consuelo. Pasó días y noches escuchando sus historias y preocupaciones, brindándole su compañía y apoyo en todo momento.

Cuando llegó el momento de partir, el hombre despidió a Axl con lágrimas en los ojos. «Nunca olvidaré lo que has hecho por mí. Eres un verdadero héroe», le dijo mientras lo abrazaba.

El dragón continuó viajando de un lugar a otro, siempre dispuesto a ayudar a quien lo necesitara. Cada vez que se topaba con alguien en apuros, recordaba el agradecimiento del hombre y se sentía aún más motivado para seguir actuando en ayuda de los demás.

Así pasaron los años, y Axl se convirtió en una leyenda en el reino. Pero su legado no se limitó a las historias que contaban sobre él, sino que inspiró a muchas otras criaturas del reino para que actuaran en ayuda de los demás, sin importar las consecuencias.

Hoy en día, todavía se habla del dragón Axl y su gran corazón. Muchos lo recuerdan como un héroe y un protector, alguien que siempre estuvo dispuesto a ayudar a los más necesitados sin esperar nada a cambio.

Y aunque Axl ya no se encuentra entre nosotros, su espíritu sigue vivo en aquellos que buscan hacer del mundo un lugar mejor. Su legado, más allá de los tesoros y riquezas, es una lección de amor y bondad que nunca deberíamos olvidar.

Axl, el dragón heroico, siempre será recordado como alguien que dedicó su vida a hacer el bien. Y aunque haya pasado tanto tiempo desde que caminó por este mundo, su legacy sigue vivo y hoy en día se respira amor en cada rincón del reino, gracias a él.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
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