El Dragón y el Rescate de la Luna. La oscuridad de la noche en la aldea era insoportable para la gente. Nadie podía salir de sus hogares después de la caída del sol y, a menudo, tenían que irse a dormir temprano. Los niños, especialmente, se sentían asustados y se negaban a salir a jugar en el exterior. Los aldeanos se preocupaban por la tristeza y el aburrimiento que sentían sus seres queridos debido a la falta de luz nocturna en la aldea.
Un día, el anciano más sabio de la aldea decidió tomar medidas extremas para traer la luz de vuelta a sus vidas. Convocó a una reunión con los líderes del pueblo y presentó su plan: enviar a un héroe valiente a rescatar la Luna del inframundo. Los líderes estaban asombrados pero también estaban ansiosos por acabar con la pesadilla de la oscuridad nocturna.
El anciano sabio les dijo a todos que había un joven en la aldea que tenía las habilidades necesarias para esta tarea. Su nombre era Shang y se le consideraba el mejor arquero del pueblo. Shang siempre había anhelado la aventura y la emoción, así que estaba emocionado por la idea de hacer algo tan valiente como recuperar la Luna.
Shang se entrenó intensamente para su misión y enseguida emprendió su viaje. A su llegada al Inframundo, Shang se encontró con el Señor del Inframundo, el malvado que había secuestrado la Luna. El Señor del Inframundo era un oponente formidable; sin embargo, Shang era astuto y valiente.
Los dos enemigos intercambiaron palabras duras y comenzaron un combate épico bajo la luz de la luna. Shang tardó más de lo que esperaba en vencer al Señor del Inframundo, pero al final lo logró. La Luna fue liberada de su prisión y Shang la sujetó con fuerza, sintiendo una gran satisfacción.
Con la Luna de vuelta en el cielo nocturno, la aldea se iluminó, llenando los corazones de la gente con alegría. Finalmente, pudieron vivir sus vidas con felicidad y sin miedo a los peligros que acechaban a la oscuridad. La vida mejoró, la gente se volvió más activa y los niños una vez más pudieron jugar por las noches. Los líderes del pueblo convocaron a una reunión para honrar a su nuevo héroe, quien fue visto como un salvador de la aldea.
Shang estaba contento con su hazaña, pero supo que su misión estaba incompleta. Sabía que tenía que devolver la Luna al cielo nocturno, donde pertenecía, pero se preguntaba como lograría hacerlo. Mientras dormía, tuvo un sueño revelador: encontraría un clan místico que conservaba el poder de la Luna.
Shang se puso en marcha tan pronto como despertó para buscar al misterioso clan. Cuando los encontró, descubrió que habían cuidado la poderosa energía de la Luna durante siglos. Shang explicó su situación y el clan estuvo de acuerdo en ayudarlo. Lo pusieron en un estado de trance y lo llevaron a la esfera del cielo nocturno.
Shang cargó la Luna a su espalda y partió decidido hacia los cielos. El viaje fue difícil, pero Shang se llenó de fuerza y determinación. Cuando llegó al cielo, los dioses lo recibieron con aplausos y le agradecieron por su valentía. Entonces, Shang dejó la Luna en su lugar y regresó a la tierra, sintiéndose lleno de paz y satisfacción.
Desde entonces, cada vez que la Luna aparece en el cielo nocturno, las gentes de la aldea miran al cielo y recuerdan al valiente Shang, quien luchó arduamente y venció al Señor del Inframundo para devolverle la luz a sus vidas. Desde entonces, la Luna se convirtió en el símbolo de la victoria y la esperanza de la aldea, y Shang se convirtió en una leyenda viva que siempre sería recordada en la aldea que salvó.