El Gatito y el Reino en el Cielo. Érase una vez un pequeño gatito llamado Tito que soñaba con llegar al Reino en el Cielo. Todos los días, Tito se sentaba en su ventana y miraba hacia arriba, donde los pájaros volaban libremente en el cielo azul. Tito suspiraba y pensaba en lo maravilloso que sería poder unirse a ellos y volar hacia el cielo.
Un día, Tito decidió que no iba a perder más tiempo soñando. Decidió que iba a hacer todo lo posible para llegar al Reino en el Cielo. Con valentía, se puso en camino y empezó a caminar por la ciudad. La gente miraba con asombro al pequeño gato que caminaba con determinación, pero Tito no se dejó distraer. Sabía que su destino le esperaba en el cielo.
Después de caminar durante muchos días, Tito finalmente llegó al borde de la ciudad. Miró hacia arriba y vio una gran montaña que se elevaba hacia el cielo. Tito se dio cuenta de que esa debía ser la única forma de llegar al Reino en el Cielo. Con un poco de miedo, comenzó a trepar la montaña. La subida fue empinada y difícil, pero con mucho esfuerzo, Tito llegó a la cima.
Allí encontró una gran puerta dorada. Tito sabía que esa era la entrada al Reino en el Cielo. Con mucho coraje, toco la puerta. Al principio, no sucedió nada. Pero después de un rato, la puerta se abrió lentamente.
Tito se encontró con un hermoso jardín lleno de flores de colores brillantes. Árboles frutales llenos de manzanas y peras adornaban el camino. En ese momento, los pájaros volaron hacia Tito y lo saludaron con sus dulces melodías. Fue entonces cuando Tito supo que había llegado al Reino en el Cielo.
Mientras exploraba el jardín, Tito se encontró con otros animales. Había leones, elefantes, jirafas, cebras y muchos otros animales felices que caminaban libremente por el mágico reino. Tito nunca se había sentido tan feliz. Todo lo que siempre había querido era estar en este lugar.
De repente, el cielo se volvió nublado. Un fuerte viento comenzó a soplar, y Tito sintió su corazón latir con miedo. Los otros animales se reunieron en el centro del jardín, mientras Tito se unió a ellos, temblando.
En un instante, apareció una figura estrellada en el cielo. Era el rey del Reino en el Cielo. Se acercó a Tito y lo saludó. «¡Bienvenido, mi pequeño amigo gatito!» dijo. «¿Qué te trae aquí?»
Tito explicó que había venido a buscar un lugar en el Reino en el Cielo, donde pudiera hacer nuevos amigos y vivir una vida feliz.
El rey sonrió. «¡Es un gran honor para nosotros tener un gatito tan valiente y decidido en nuestro reino! Ya que has demostrado tanta valentía y determinación, voy a concederte un deseo que desees. ¿Qué quieres?»
Tito pensó durante un momento. «Quiero vivir aquí para siempre, y quiero que todos mis amigos del mundo también puedan tener esta oportunidad».
El rey sonrió de nuevo. «Tu deseo es muy noble, mi pequeño amigo. Con mi poder, voy a concederte lo que pides».
De repente, Tito se sintió en paz. Se dio cuenta de que había encontrado su verdadero hogar, y que siempre estaría rodeado por la belleza y la felicidad del Reino en el Cielo. Y de ahí en adelante, todos los amigos del mundo que deseaban unirse a él tenían un lugar en este reino gozoso y maravilloso.