El Gato y el Reino Subterráneo

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El Gato y el Reino Subterráneo
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El Gato y el Reino Subterráneo. Érase una vez un gato llamado Simón. Simón era un gato travieso y astuto que disfrutaba explorando el mundo a su alrededor. Una noche, mientras cazaba ratones en el jardín, Simón descubrió un agujero en el suelo. No pensó mucho en ello en ese momento, pero por la mañana, cuando se despertó, decidió explorar.

Simón se asomó al agujero y vio una escalera que descendía a la oscuridad. No sabía qué podría haber allí abajo, pero su curiosidad no podía resistir la tentación. Con valentía, Simón descendió las escaleras y pronto llegó al final del camino.

Lo que encontró allí fue algo que nunca había esperado. Un reino subterráneo se abría ante él, lleno de vida y color. Ahí había árboles enormes, animales extraños y una luz mágica que parecía provenir de todas partes. Incluso había un castillo en el centro del reino. Simón, asombrado por lo que veía, se acercó allí.

En el castillo, Simón se encontró con la gobernante del reino subterráneo, la reina Ratita. La reina era una rata elegante y encantadora que estaba impresionada con la valentía de Simón al aventurarse en su territorio. Le ofreció una cálida bienvenida y le invitó a explorar los lugares más maravillosos del reino subterráneo.

Y así, durante semanas, Simón exploró el reino subterráneo, descubriendo lugares que nunca había imaginado. Visitó bosques encantados, mares subterráneos y montañas sagradas que se elevaban hacia el cielo subterráneo en una gran belleza. Y en cada lugar que visitaba, se hacía amigo de los animales del reino subterráneo, que admiraban su valentía y astucia.

Pero pronto, Simón comenzó a extrañar su hogar en la superficie. Quería volver a casa y contarles a sus amigos sobre su increíble aventura en el reino subterráneo. Así que visitó a la reina Ratita y le contó su deseo.

La reina comprendió que Simón extrañaba su hogar y, aunque ella no quería que se fuera, le dio su bendición. Como regalo de despedida, le regaló a Simón un collar mágico que le permitiría regresar al reino subterráneo siempre que lo deseara.

Con el collar mágico en su cuello, Simón tomó el camino de regreso a su hogar en la superficie. Pero, como era de esperar, pronto comenzó a extrañar el reino subterráneo y decidió visitarlo de nuevo. Usando el collar mágico, descendió por la escalera hacia el reino subterráneo y se divirtió más que nunca.

Pero a medida que pasaba el tiempo, Simón comenzó a darse cuenta de algo extraño. El reino subterráneo no estaba en la misma situación que cuando lo visitó por primera vez. Los lugares que había visitado antes estaban cada vez más oscuros y tristes, y los animales con los que había hecho amistad habían desaparecido.

Preocupado, Simón visitó a la reina Ratita y le preguntó sobre lo que estaba sucediendo. La reina le explicó que su gente estaba sufriendo porque habían perdido contacto con el mundo exterior. Durante mucho tiempo, habían disfrutado de la magia del reino subterráneo, pero ahora se sentían aislados y solos.

Simón sabía que tenía que hacer algo para ayudar a su nuevo hogar. Decidió que tenía que encontrar una forma de conectarse con el mundo exterior y llevar un poco de la magia del reino subterráneo al mundo de arriba.

Usando su astucia y su ingenio, Simón comenzó a construir un sendero que conectaba el reino subterráneo con la superficie. Durante semanas trabajó noche y día, cavando túneles y limpiando la tierra y las piedras.

Finalmente, después de mucho trabajo, el sendero estuvo completo. Y cuando lo abrió, una luz mágica brilló desde el reino subterráneo, conectándolo con el mundo exterior.

La luz mágica del reino subterráneo pronto se convirtió en la sensación del mundo. Los animales de todo el mundo vinieron a visitarlo y, poco a poco, Simón vio a su reino subterráneo prosperar de nuevo. Ahora, el reino subterráneo estaba más vivo que nunca y Simón se convirtió en un héroe en ambos mundos.

Con su valentía y astucia, Simón había logrado eso que parecía imposible: unir dos mundos separados y brillar una luz de esperanza en el corazón de aquellos que la habían perdido. Su coraje y amor pasaron a ser lengua corriente en ambas realidades, y se dice que todavía se escucha su eco cada vez que alguien narra esta historia.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
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