El jardín secreto de los caballos

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El jardín secreto de los caballos
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El jardín secreto de los caballos. En un valle rodeado de montañas se encontraba un jardín secreto donde vivían los caballos más hermosos y salvajes de toda la región. Allí, solo unos pocos humanos tenían permitido entrar y disfrutar de la belleza y el esplendor de estos animales.

Un día, una niña llamada Luna decidió aventurarse en el valle y descubrir el jardín secreto de los caballos. A pesar de que su madre le había prohibido acercarse al valle, Luna sabía que allí encontraría la libertad que tanto anhelaba.

Al llegar al lugar, Luna quedó maravillada por la belleza de los caballos que pastaban en el pasto verde y fresco. Su pelaje brillaba bajo el sol y sus largas crines se movían con el viento.

De repente, de entre los árboles apareció un caballo blanco que se acercó a Luna y la miró directamente a los ojos. Luna no sabía qué hacer, pero el caballo blanco la guió hacia un arroyo de agua cristalina, donde le invitó a tomar un trago.

Los días pasaron y Luna se volvió una visitante asidua del jardín secreto de los caballos. Poco a poco, fue ganando la confianza de los animales, quienes cada vez se acercaban más a ella y compartían sus secretos.

Un día, Luna descubrió un sendero que llevaba a una cueva oculta detrás de las montañas. La entrada estaba cubierta de ramas y hojas, lo que indicaba que pocos humanos habían estado allí.

Luna decidió entrar a la cueva y encontró una gran sorpresa: allí se encontraban los caballos más salvajes y temibles de toda la región, encerrados en jaulas estrechas y sin ningún tipo de libertad.

Luna no pudo evitar sentir el corazón apretado al ver a los animales en esas condiciones. Decidió entonces hacer todo lo posible para ayudarlos y liberarlos del encierro.

Fue entonces cuando decidió buscar la ayuda de su abuelo, quien era un hombre sabio y respetado en la región. Había oído hablar de un gran poder que estaba dentro de los caballos, y Luna creía que debía ser liberado.

Su abuelo la escuchó con atención y decidió ayudarla en su noble causa. Junto a un grupo de amigos, se adentraron en el valle y descubrieron la cueva detrás de las montañas. Allí, usando todas las herramientas disponibles, liberaron a los caballos y los dejaron volver a su vida salvaje en el jardín secreto.

Pero el gran poder que se decía que había dentro de los caballos no había desaparecido. De hecho, parecía haberse multiplicado. Ahora, los animales parecían tener una energía y un vigor que nunca antes habían demostrado.

Luna y su abuelo entendieron, entonces, que aquellos caballos eran seres mágicos que habían sido encerrados y amargados. Pero en el jardín secreto, rodeados de naturaleza y sin ninguna limitación, estaban libres para desplegar todo su potencial.

Desde entonces, Luna se convirtió en una protectora de los caballos del jardín secreto. Cada vez que visitaba el valle, se aseguraba de que los animales estuvieran bien y que su libertad no estuviera amenazada de ninguna manera.

Y los caballos la recuerdan siempre con cariño, como una amiga fiel y una protectora de sus secretos más valiosos.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
El jardín secreto de los caballos
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