El León y la Aventura en el Desierto Misterioso. Érase una vez en un reino muy lejano, vivía un león llamado Simba, el rey de la selva. Un día, mientras caminaba en la selva, se encontró con una vieja tortuga que le preguntó:
– ¿Por qué siempre caminas en la selva? ¿No te gustaría ir a explorar nuevos lugares?
Simba se sorprendió por la pregunta y le preguntó curioso:
– ¿A qué te refieres con nuevos lugares?
La tortuga respondió:
– Me refiero a los lugares que están más allá de nuestras fronteras. Hay un lugar misterioso que dicen es un gran desierto. Muchos animales se han aventurado a explorarlo, pero nunca han vuelto.
Simba se emocionó ante la idea de explorar un nuevo lugar y decidió ir al desierto misterioso. Sin embargo, antes de partir, se aseguró de que sus leones lo cubrieran para que la selva no sufra ningún daño.
Mientras caminaba hacia el desierto, el sol estaba en lo alto del cielo. El calor era insoportable y Simba se dio cuenta de que esta aventura no sería fácil. Aun así, continuó avanzando hacia el horizonte.
Después de horas de caminar, finalmente llegó al desierto misterioso. El lugar no era lo que había imaginado. El suelo era árido y las dunas no parecían tener fin. Simba comenzó a buscar rastros de la exploración de los animales anteriores, pero no encontró nada.
Cuando había perdido las esperanzas de encontrar algo interesante, descubrió un oasis en el centro del desierto. La vista era asombrosa. Había una fuente de agua cristalina rodeada de un hermoso jardín. Era un lugar verdaderamente majestuoso para disfrutar.
Justo en ese momento, un pequeño cangrejo salió de la fuente y saludó a Simba.
– Hola, señor león, ¿qué te trae por aquí? – preguntó el cangrejo.
Simba le explicó que estaba explorando el desierto y el cangrejo le dijo que era muy valiente.
– Pero ten cuidado – advirtió el cangrejo – porque hay muchos peligros en este lugar que son difíciles de evitar.
– Muchas gracias por el consejo, amigo. – Agradeció Simba mientras se daba la vuelta para irse.
Pero el cangrejo gritó:
– ¡Espera! Si necesitas cualquier ayuda, solo pide y te ayudaré todo lo que pueda.
Después de decir esto, el pequeño crustáceo desapareció en la fuente.
A lo lejos, Simba pudo ver un oasis más grande, pero a medida que se acercaba, se dio cuenta de que algo no estaba bien. Algo brillaba en el suelo, esa era la señal de peligro que el cangrejo había mencionado.
Al acercarse, vio que era una serpiente que estaba atrapada. Al principio se alegró de que fuera solo una serpiente, pero después de escuchar la historia de la serpiente, sintió compasión por ella. De hecho, la serpiente explicó que había sido disfrazada por un malvado mago y que si Simba pudiera liberarla de las cadenas, le otorgaría un deseo.
No sabiendo si podía confiar en la serpiente, Simba decidió ayudarla en cualquier caso. Después de liberarla de las cadenas, la serpiente agradeció a Simba y le concedió un deseo.
– Me gustaría regresar a casa, pero no puedo porque mi manada me necesita.
La serpiente le aconsejó que se detuviera en el oasis del jardín en el que anteriormente había estado para reponer fuerzas antes de continuar su exploración y ahí también podía encontrar ayuda si la necesitaba.
Simba se despidió de la serpiente y se dirigió al oasis del jardín. Como llegó en la noche, decidió dormir en uno de los árboles del jardín y al día siguiente continuar explorando.
A la mañana siguiente, cuando Simba se despertó de su sueño, vio que el jardín estaba destruido. Las plantas estaban todas marchitas y los árboles estaban muertos.
Simba no podía creer lo que veía. Desesperado, buscó ayuda y se encontró con el cangrejo y la serpiente.
– ¡Ayuda! – gritó Simba – ¿Qué ha pasado aquí?
El cangrejo explicó que el malvado mago había pasado por allí justo después de la partida de Simba y había lanzado un hechizo para destruir todo el oasis. La serpiente también comentó que el mago también había aniquilado su manada y que se uniría a Simba en su lucha por vencer al malvado mago.
Decidido a detener al mago, Simba y los animales comenzaron su búsqueda en el desierto misterioso. Después de muchas horas de rastreo, finalmente encontraron al mago en una cueva de piedra.
Simba y los animales lucharon valientemente contra el malvado mago. Aunque muy poderoso, el malvado mago no pudo igualar el valor y la fuerza de Simba y sus amigos. Finalmente, el mago fue derrotado y el oasis y la manada de la serpiente fueron restaurados.
Después de luchar y vencer juntos, todos los animales se hicieron amigos y Simba regresó a casa como un verdadero héroe.
Desde entonces, nunca dejó de explorar su reino y descubrir nuevos lugares. Pero esta vez, siempre se aseguró de que sus amigos lo acompasen en su aventura, y su corazón estaba lleno de gratitud por sus amigos y la aventura inolvidable.