El Lobo en el Mundo de los Sueños. Érase una vez una pequeña niña llamada Ana, quien vivía en un pequeño pueblo rodeado de hermosos campos de flores multicolores. Su familia siempre había mencionado en sus historias nocturnas un extraño mundo y lugar que solo aparecía en sus sueños. En este mundo, siempre aparecía un gran lobo que les guiaba por caminos inexplorados y aventuras emocionantes. Ana nunca había experimentado algo tan interesante en sus sueños, hasta la noche en la que todo cambió.
La pequeña niña se acostó en su cama y cerró los ojos. De pronto, se encontró en un mundo mágico, donde las estrellas brillaban como diamantes y el cielo era de un color azul brillante. Ana miró hacia abajo y se sorprendió al ver que tenía un abrigo de piel de lobo y que sus manos tenían uñas de lobo también. Mientras caminaba, escuchó un extraño sonido que venía de la distancia. Con cuidado, corrió hacia el sonido y encontró un gran lobo negro con ojos rojos brillantes.
«¡Bienvenida a mi mundo, Ana!» dijo el lobo.
«¿Cómo sabes mi nombre?» preguntó Ana.
«Lo sé porque tú eres especial. Te he estado esperando por mucho tiempo,» dijo el lobo.
El lobo la invitó a unirse a él en una aventura a través del bosque. Mientras caminaban, Ana vio árboles gigantes que estaban tan altos que parecían tocar el cielo. De repente, escucharon un fuerte rugido y vieron un gran oso gruñendo. Ana estaba asustada, pero el lobo la tranquilizó.
«No tengas miedo, Ana. ¡Te protegeré!» dijo el lobo.
El lobo se acercó al oso y comenzó a hablar con él. Ana no podía creer lo que estaba viendo. El oso y el lobo parecían amigos cercanos y Ana admiró la amistad entre ellos. Finalmente, se encaminaron hacia una hermosa pradera llena de colinas y flores. Allí, el lobo le mostró a Ana cómo correr como un lobo, atrapar conejos y hasta aullar en la noche.
Mientras pasaban más tiempo juntos, Ana se dio cuenta de que el lobo era su amigo y siempre la protegería. Ella se prometió pasar más tiempo con su amigo del mundo de los sueños. Todos los días, cerraba los ojos y acechaba al lobo en sus sueños mágicos.
Pero, una noche, Ana se encontró en un lugar nuevo. Allí, vio a su amado amigo lobo, pero estaba atrapado en una jaula. Ana comenzó a llorar y gritar, pero nada parecía funcionar. Le suplicó a su amigo que la ayudara, pero el lobo estaba débil, triste y no podía hacer nada. Ana insistió en intentar de romper la jaula y liberar a su amigo, pero después de intentar por mucho tiempo, se dio cuenta de que no podrían liberar al lobo juntos.
Entonces, Ana contactó a otros animales del bosque. Primero, llamó al zorro, quien le enseñó a engañar al cazador para que abandone el bosque y no mate nunca más a los animales. Después, buscó la ayuda del búho, quien le enseñó cómo usar su sabiduría y agudeza para planear el rescate. Por último, llamó a la ardilla, quien le demostró cómo jungir sus habilidades para subir la jaula hasta la rama de un árbol.
Con el esfuerzo y la ayuda de todos los animales amigos del bosque, Ana logró liberar al lobo. Mientras estaban escapando, Ana se volvió atrás y vio a un cazador acercarse. Sin pensarlo mucho, liberó su espíritu de lobo y atacó al cazador.
Afortunadamente, el cazador sobrevivió y aprendió la lección. Se dio cuenta de cuánto daño estaba causando a los animales del bosque y decidió cambiar su forma de vida. Prometió no cazar nunca más y se convirtió en un protector de la naturaleza.
Desde aquel día, Ana se convirtió en una heroína en el mundo de los sueños. Ella pudo ayudar a su amigo, el lobo, y salvar a los animales de los peligros del bosque. La pequeña niña aprendió que, incluso en los sueños, puede ayudar al mundo real y tener un gran impacto en la vida de los demás.
Ahora, todas las noches, Ana va a dormir con una sonrisa en su rostro. Sueña con su amigo lobo, su fiel compañero. Sabía que, sin importar lo que pase, ellos estarán juntos para siempre.
