El Lobo y el Viaje al País de los Sueños

Tiempo de lectura: 6 minutos

El Lobo y el Viaje al País de los Sueños
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El Lobo y el Viaje al País de los Sueños. Érase una vez un lobo llamado Max que siempre soñaba con un lugar mágico al que llamaba el País de los Sueños. Max había oído hablar de este lugar en una vieja leyenda que se contaba en su manada y desde entonces siempre había querido ir allí. Sin embargo, Max sabía que el País de los Sueños era un lugar muy lejano y difícil de alcanzar, y aunque se esforzaba por encontrarlo, nunca lo lograba.

Un día Max decidió que era hora de hacer algo al respecto. Reunió a sus amigos, los lobos de su manada, y les habló sobre su sueño de encontrar el País de los Sueños. Los lobos se rieron de él y le dijeron que no existía ningún lugar así. Pero Max, decidido a encontrar su sueño, les dijo que no importaba lo que dijeran y que él iría en busca del País de los Sueños, aunque tuviera que hacerlo solo.

Así comenzó el viaje del lobo Max, a través de valles y montañas, ríos y bosques, tratando de encontrar este lugar especial. Pasaron varios días y Max se desanimó de vez en cuando, pero no se rindió. Siempre estaba en busca del camino correcto y con cada paso que daba, sentía que estaba más cerca de su meta.

Finalmente, después de varios días de viajar, Max llegó a un lugar en el bosque que parecía diferente a cualquier otro que había visto antes. Había una luz brillante que irradiaba a través de los árboles y el sonido del agua que fluía suavemente podía oírse en la distancia. Max sabía que tenía que seguir esa luz y fue hacia ella.

Mientras avanzaba, se encontró en un prado rodeado de flores multicolores, árboles frondosos y animales que correteaban. Miró hacia el cielo y la luz que había visto antes era más brillante que nunca. La luz parpadeó y, al instante, Max se encontró en un lugar diferente, un lugar que nunca había imaginado.

El lobo estaba en un campo de flores gigantes que parecían escarabajos de colores, había árboles brillantes que se movían solos y nubes en forma de animales jugando en el cielo. Max estaba en el País de los Sueños.

El lobo comenzó a explorar el lugar, y todo parecía una fantasía. Se encontró con una familia de conejos que estaban en medio de un picnic de sandwiches y limonada. Los conejos invitaron a Max a unirse a ellos y él aceptó gustoso. Disfrutaron del picnic juntos y charlaron sobre la vida en el País de los Sueños.

Después del picnic, Max se encontró con un grupo de pájaros que estaban cantando. Había un pájaro con un hermoso canto que atrapó la atención de Max. El pájaro voló hacia una hermosa pradera y Max lo siguió. Llegaron a la cima de una colina y vieron una gran cascada. El agua estaba brillante y el sonido de la caída del agua era relajante.

Max habló con el pájaro durante mucho tiempo, y al final del día, se encontró con él en su nido, donde el pájaro tenía sus huevos. El pájaro invitó a Max a pasar la noche allí, y él aceptó agradecido. Durante la noche, Max se sintió seguro y feliz en el nido, acurrucado junto al pájaro cantor.

La estancia de Max en el País de los Sueños parecía un sueño. Había un torbellino constante de colores, formas y animales que nunca había visto antes. A veces se sentía como si estuviera flotando en el aire, mientras que otras veces caminaba por senderos de cristal que cambiaban de color al pisar.

Después de unos días de explorar y hacer nuevos amigos, Max decidió que era hora de volver a casa. Le agradeció al pájaro por su hospitalidad y dejó el nido en busca del camino de regreso.

Después de caminar durante unas horas, Max se dio cuenta de que estaba perdido. Había perdido el camino de regreso y no sabía cómo volver a casa. Se sentó en un claro del bosque a pensar en lo que había pasado y cómo podía encontrar su camino de regreso.

Mientras pensaba en lo que hacer, se acercó a él un pequeño murciélago que había visto en su estancia en el País de los Sueños. Parecía amistoso y Max le preguntó si conocía el camino de regreso. El murciélago le dijo que estaba perdido también pero que podría ayudarlo si le permitía subir a su espalda.

Max pensó en su oferta y decidió que era lo mejor ya que no tenía otra opción. El murciélago lo ayudó a subir y comenzaron a volar por el bosque. Subieron a una gran colina y desde allí, vieron el camino hacia la casa de Max. Parecía haber estado allí todo el tiempo, pero Max estaba demasiado confundido para haberlo visto.

Finalmente, Max llegó a casa, y se encontró con sus amigos de la manada. Contó todo sobre su aventura en el País de los Sueños y cómo había conocido a muchos amigos nuevos. Los lobos de la manada todavía no creían en el País de los Sueños, pero Max sabía la verdad. Había estado allí, había visto todo y había hecho nuevos amigos. Y siempre tendría los recuerdos de su viaje en su corazón.

Y así, el lobo Max vivió feliz para siempre, recordando siempre su aventura en el País de los Sueños, y deseando la oportunidad de volver algún día.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
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