El Lobo y la Magia del Arcoíris. Érase una vez un lobo que vivía en un gran bosque rodeado de árboles altos y frondosos. Este lobo era muy solitario y nunca se acercaba a otros animales, ya que creía que todos eran peligrosos y querían lastimarlo. Pero, un día, el lobo se topó con un arcoíris que brillaba con colores vibrantes e intensos, y quedó maravillado por su belleza.
El lobo decidió acercarse al arcoíris y se dio cuenta de que, a medida que se acercaba, podía sentir su cálido brillo envolviéndolo. Cuando finalmente llegó al arcoíris, notó algo extraño: su pelaje había cambiado de color y ahora reflejaba los mismos tonos que el arcoíris. El lobo estaba asombrado y, por primera vez en su vida, se sintió diferente y único.
Entonces, el lobo comenzó a caminar por el bosque, mostrando su nuevo pelaje colorido y hermoso. A medida que avanzaba, los demás animales lo miraban sorprendidos y algunos se reían de él, pero el lobo no se detenía y seguía adelante con su cabeza en alto y una sonrisa en su rostro.
Un día, una hermosa cierva se acercó al lobo y le preguntó por qué había cambiado su apariencia. El lobo le explicó sobre el arcoíris y cómo lo había transformado. La cierva, impresionada por la historia del lobo, le sugirió que fuera a visitar a un viejo sabio que vivía en las montañas, ya que creía que podría ayudarlo a entender más sobre el arcoíris y su magia.
El lobo decidió seguir el consejo de la cierva y se dirigió a las montañas para encontrar al viejo sabio. Después de una larga caminata, el lobo llegó a un pequeño refugio en la cima de la montaña, donde encontró al sabio. El sabio le preguntó al lobo acerca de su nuevo aspecto y el lobo le contó toda la historia del arcoíris.
El sabio asintió con la cabeza y le dijo al lobo que el arcoíris es un regalo mágico para aquellos que tienen un corazón puro y una mente abierta. También le dijo que el arcoíris canaliza una energía positiva y que aquellos que lo ven son bendecidos por su belleza. El viejo sabio le explicó al lobo que, al tener el arcoíris en su pelaje, se había convertido en un ser especial, capaz de ver más allá de las apariencias y con una perspectiva única del mundo.
Entonces, el sabio le preguntó al lobo si había encontrado algún significado en su nuevo aspecto. El lobo reflexionó durante un momento y respondió que había descubierto que la verdadera belleza no dependía del exterior, sino de lo que esté en el interior. El hada sonrió al lobo y le dijo que había aprendido una lección importante.
Con el tiempo, el lobo volvió a su hogar en el bosque y comenzó a interactuar más con los demás animales. Les contaba historias sobre el arcoíris y la magia que fluye a través de él. Los otros animales se daban cuenta de que el cambio en el lobo no era solo externo, sino también interno. Éste ahora era un lobo amoroso, amable y empático, y todos querían estar a su lado.
El lobo siempre recordaba la lección que aprendió de aquel día en las montañas con el sabio. A partir de entonces, se convirtió en el protector del bosque y en un defensor de la justicia. Todos los animales le tenían un gran respeto y lo consideraban un amigo fiel y leal.
Pasaron muchos años, hasta que una noche, el lobo viejo y sabio murió en paz. El bosque se cubrió de tristeza, ya que habían perdido a uno de los habitantes más queridos y respetados. En ese momento, un arcoíris apareció sobre el bosque y brilló con colores brillantes y vibrantes. Los demás animales miraron con asombro el arcoíris y se dieron cuenta de que el lobo había dejado una huella de amor y magia en sus vidas.
Desde aquel día, el bosque cambió por completo. La convivencia entre los diferentes animales se hizo más armoniosa y, por primera vez en mucho tiempo, las risas y la felicidad volvieron a sonar en este lugar. Todos habían aprendido una valiosa lección de vida, gracias a la sabiduría y experiencia del lobo.
Y bien, este fue el cuento del lobo y la magia del arcoíris, el cual nos enseña la importancia de tener un corazón puro y una mente abierta, y de cómo la verdadera belleza se encuentra en nuestro interior.
