El Monstruo de la Ciudad Olvidada

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El Monstruo de la Ciudad Olvidada
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El Monstruo de la Ciudad Olvidada. Érase una vez una ciudad olvidada. En el pasado, fue un lugar próspero y lleno de vida, pero con el tiempo, la gente comenzó a abandonarla y pronto quedó sumida en el olvido. Sin embargo, a pesar de la ausencia de seres humanos, la ciudad no estaba del todo vacía.

Por las noches, cuando la luna iluminaba la ciudad, un monstruo salía de su escondite para recorrer las calles solitarias. Era una criatura que combinaba lo humano con lo animal, con una piel grisácea y afilados dientes que brillaban en la oscuridad. Los pocos que se atrevieron a verlo decían que era aterrador, casi imposible de describir.

Los habitantes de la ciudad cercana se enteraron de la existencia de este monstruo y comenzaron a tener miedo de acercarse. Pero un día, una niña, llamada Sofía, decidió que quería saber más sobre el Monstruo de la Ciudad Olvidada. Escuchó historias de sus padres y amigos, y aunque tenía miedo, también tenía curiosidad.

Un día, cuando la luna estaba llena y brillaba en el cielo, Sofía decidió aventurarse sola en la ciudad olvidada. Sabía que estaba haciendo algo peligroso, pero también sabía que era la única manera de descubrir la verdad sobre el monstruo.

Caminó por las calles desoladas, sentir que la ciudad era un lugar gris y terrible. Escuchaba sus propios pasos como si fueran un eco, pero cada vez que hacía un ruido se detenía y miraba hacia atrás, temblando de miedo. Pero a pesar de todo, siguió avanzando.

Finalmente llegó a una plaza en el corazón de la ciudad. Era un lugar hermoso una vez, con un hermoso jardín y una fuente, ahora seca y desgastada. Y justo allí, frente a ella, estaba el monstruo.

Sofía se dio cuenta de que todo lo que había escuchado sobre el monstruo era verdad. Era enorme, con garras afiladas y ojos amarillos que la miraban fijamente. Pero también se dio cuenta de que no era agresivo; simplemente estaba parado allí, en silencio, como si estuviera esperando algo.

Sofía no tenía miedo, no como antes. Sabía que no estaba en peligro. Así que se acercó al monstruo con determinación. Sin embargo, sintió curiosidad al notar que la criatura trataba de comunicarse con ella. Movía su cabeza, hacía pequeños ruidos y emitía algún sonido gutural.

Pronto, Sofía entendió que el monstruo estaba tratando de decirle algo. Había algo triste en su mirada; la niña no sabía por qué, pero quería ayudarlo. Así que decidió investigar y descubrir la causa de la tristeza del monstruo.

Durante varios días, Sofía venía a la ciudad olvidada para conocer al monstruo. Aprendió a comunicarse con él y descubrió que no era peligroso, sino que necesitaba su ayuda.

Después de muchos días de convivencia, la niña se enteró de lo que estaba pasando. El monstruo era el último habitante de la ciudad olvidada, el último de su especie, y había estado cuidando de la ciudad y esperando que las personas regresaran. Él quería que la ciudad volviera a ser un lugar hermoso y vibrante, y había estado esperando durante años.

Sofía entendió que el monstruo necesitaba ayuda. Así que decidió unir fuerzas con el puñado de habitantes que quedaban en la ciudad cercana y crearon una organización que, con el tiempo, renovó y acondicionó la ciudad olvidada, devolviéndole la magnificencia y el esplendor que alguna vez tuvo.

Después de un largo tiempo de trabajo, los pocos habitantes cercanos decidieron quedarse y de esa manera, el monstruo no estaría solo en la ciudad olvidada. Los habitantes regresaron y el monstruo advertía el renacer del lugar. Y Sofía, se convirtió en la amiga del monstruo, su aliada para devolver la vida a la ciudad olvidada.

Así, la ciudad olvidada se convirtió en un lugar hermoso y alegre, lleno de vida y de gente. Las calles estaban llenas de gente y el monstruo se paseaba libremente, observando desde las sombras, feliz de que la ciudad y sus habitantes hubieran renacido. Y siempre acompañado por Sofía, su amiga y aliada que le brindó, como nadie antes, la posibilidad de recuperar su hogar.

Y así, la ciudad VOLVIÓ A SER lo que siempre fue, gracias a la amistad entre una niña valiente y un monstruo aparentemente peligroso que no era otra cosa que un vigía, un guardián esperando a sus habitantes para devolverles lo que siempre les había pertenecido.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
El Monstruo de la Ciudad Olvidada
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