El Príncipe en el Castillo Encantado. Érase una vez un Príncipe llamado Nicolás que vivía en un reino muy lejano. El Príncipe era un joven valiente y amable que siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás.
Cierto día, el Rey llamó a su hijo para decirle que un Castillo Encantado había aparecido en el borde del reino y que nadie se atrevía a entrar en él por miedo a sus siniestros rumores. El Rey le pidió al Príncipe que investigara lo que estaba sucediendo en el castillo encantado para poner fin a los miedos y sospechas que tenía su pueblo sobre el mismo.
Entonces, el Príncipe reunió a un grupo de valientes personas y se dirigieron al Castillo Encantado. Mientras se acercaban al lugar, notaron que el castillo no parecía tan aterrador como esperaban. De hecho, tenía un aspecto majestuoso y hermoso. Pero a medida que se acercaban a la entrada, las puertas se cerraron de golpe.
El Príncipe y sus compañeros intentaron abrir la puerta sin éxito por lo que decidieron buscar otra entrada. Finalmente, encontraron una ventana en el lado del castillo que estaba abierta y, rápidamente, entraron a través de ella.
Lo que encontraron en el interior del castillo les dejó boquiabiertos. Todo estaba cubierto de polvo y telarañas. Los muebles parecían haber estado allí durante siglos y la mayoría de ellos estaban cubiertos de telarañas y polvo. Sin embargo, a pesar de la apariencia abandonada del lugar, se dieron cuenta de que había alguien en el castillo porque habían visto una sombra moverse.
Mientras buscaban a la persona que habitaba en el castillo, oyeron un susurro procedente de una habitación cercana. El Príncipe se acercó lentamente y abrió la puerta para encontrarse con una hermosa princesa que estaba llorando.
El Príncipe le preguntó qué le pasaba y ella le contó que estaba bajo un hechizo y que estaba condenada a vivir en el castillo encantado para siempre si no encontraba la llave dorada que había perdido hace años. La llave era la única forma de romper el hechizo que la había mantenido aislada en el castillo por tanto tiempo.
El Príncipe decidió que ayudaría a la princesa a encontrar la llave dorada y romper el hechizo. Así que él y sus compañeros empezaron a buscar por todo el castillo. Buscaron en cada rincón y observaron cada detalle de la estructura. Buscaron y buscaron hasta que llegaron a una habitación del castillo donde encontraron una caja de oro antigua.
La caja estaba cerrada con llave así que el Príncipe y sus compañeros intentaron abrirla, pero no pudieron. Entonces, intentaron buscar la llave en otras partes del castillo pero sin éxito. El Príncipe se sintió frustrado, pero no quería dar por perdida la búsqueda.
Finalmente, el Príncipe decidió preguntarle a la princesa si sabía algo más sobre la llave dorada. La princesa recordaba que había visto la llave hace mucho tiempo en los jardines del castillo. Con esta información, decidieron buscarla allí.
Después de buscar por todos los jardines, finalmente encontraron la llave dorada en medio de una hermosa rosa roja. El Príncipe y sus compañeros llevaron la llave dorada de vuelta al castillo y abrieron la caja de oro antigua.
En el interior de la caja había una nota que decía «Para romper el hechizo necesitan encontrar tres piedras mágicas de diferentes lugares del reino». Así que, de nuevo decidieron buscar las piedras mágicas que romperían el hechizo que mantenía a la princesa aislada en el Castillo Encantado.
Pasaron muchos días buscando las piedras mágicas, pero finalmente las encontraron. Después de juntar los tres elementos, los llevaron a la Princesa, quien los colocó en la entrada del castillo.
Entonces, un destello cegador inundó el castillo y el hechizo se rompió. La princesa quedó liberada y expresó su gratitud al Príncipe por su valentía y dedicación por encontrarla. El Príncipe la acompañó de regreso al Castillo Real, donde los dos vivieron felices para siempre.
A partir de aquel día, la gente del reino dejó de tener miedo del Castillo Encantado porque ahora sabían que no era tan malvado como se decía. Además, la Princesa y el Príncipe se convirtieron en buenos amigos y trabajaron juntos para ayudar a las personas necesitadas del reino.
La historia del Castillo Encantado se convirtió en un cuento popular en todo el reino. Y todos los niños ficieron felices al saber que el Príncipe Nicolás había ayudado a romper el hechizo y traer la felicidad de vuelta a la princesa y al reino.
Así termina la historia de cómo el Príncipe Nicolás ayudó a romper el hechizo y derrotar las fuerzas oscuras que mantenían a la Princesa aislada. Una vez más, el Reino se convirtió en un lugar feliz y próspero gracias al valor, la dedicación y la bondad del Príncipe Nicolás.