El Príncipe y la Espada de Cristal. Érase una vez en un reino lejano y mágico donde vivía un príncipe llamado Marcel. Él era muy valiente y siempre buscaba aventuras. Su mayor deseo era encontrar la legendaria Espada de Cristal, la cual se decía que tenía el poder de derrotar a todos los enemigos y hacer que el reino fuera libre de cualquier mal.
Una tarde, mientras paseaba por los jardines del castillo, Marcel se encontró con un anciano sabio que estaba vendiendo antigüedades. Al ver que el príncipe estaba interesado en su mercancía, le dijo:
-Príncipe Marcel, tengo algo que podría ser de su interés. Es un mapa secreto que muestra el camino hacia la Espada de Cristal.
El príncipe Marcel estaba muy emocionado al escuchar esto, pero también un poco escéptico. ¿Cómo podía saber si el mapa era real? Sin embargo, decidió darle una oportunidad y compró el mapa.
Esa misma noche, Marcel decidió comenzar su búsqueda. Se levantó temprano y, después de desayunar, fue a la puerta del castillo para comenzar su viaje. El mapa tenía algunas instrucciones confusas, pero el príncipe estaba decidido a seguir y encontrar la espada.
Después de caminar durante horas, Marcel se encontró en medio de un bosque espeso. Ahí, encontró un pequeño río y decidió seguir su camino. Continuó caminando hasta que llegó a una cueva oscura. Al entrar, se encontró con un enorme dragón.
-¿Qué haces aquí, príncipe Marcel? – preguntó el dragón.
-Vine a buscar la Espada de Cristal – respondió el príncipe con valentía.
El dragón se rió ante la respuesta del príncipe. – ¡Esos son solo cuentos para niños! ¡La Espada de Cristal no existe!
Pero el príncipe Marcel estaba convencido de que el mapa era real y no iba a permitir que nada lo detuviera. Decidió recorrer en todo el bosque, buscar en cada cueva, subir cada montaña y luchar con cada ser maligno para encontrar la Espada de Cristal.
Después de meses de viajar por tierras peligrosas, sangrientas batallas y muchos desafíos, Marcel llegó a una cueva oculta por una misteriosa niebla. Al entrar, encontró una vieja mujer sentada frente a una mesa. Sobre la mesa había una espada bellamente decorada y repleta de cristales brillantes y coloridos.
-¿Qué haces aquí, joven príncipe? -preguntó la anciana.
-Busco la Espada de Cristal – respondió Marcel.
-La espada solo se otorga a aquellos que son dignos. ¿Eres digno de obtenerla? – dijo la anciana.
Marcel se puso en posición de combate y empezó a pelear con la anciana. Después de varios minutos, la anciana finalmente le dijo:
-Eres un digno guerrero, príncipe Marcel. La Espada de Cristal es tuya.
Marcel tomó la espada y entonces vio una luz misteriosa emitida por la espada. Una fuerza increíble recorrió todo su cuerpo. Sabía que era la espada más poderosa del mundo.
Cuando regresó al castillo con la Espada de Cristal en mano, anunció a sus súbditos que estaba ganando la guerra contra su enemigo. La Espada de Cristal hizo que el ejército de Marcel fuera invencible. Los enemigos no podían contra su poder y temblaban de miedo ante la mera mención de la espada.
Y desde ese día, Marcel se convirtió en el héroe del reino y siempre se mantuvo a la búsqueda de nuevas aventuras.
FIN.
