El secreto de los duendes de Santa

Tiempo de lectura: 4 minutos

El secreto de los duendes de Santa
¿PREFIERES UN AUDIOCUENTO?

Si prefieres, puedes escuchar el cuento mientras haces otras tareas

El secreto de los duendes de Santa. Érase una vez en un lugar llamado Polo Norte, donde los habitantes creían que los duendes de Santa Claus existían y que eran quienes ayudaban al famoso Santa a hacer los regalos para la Navidad.

Entre estos habitantes se encontraba una pequeña niña llamada María, que todos los años le pedía a Santa en su carta navideña tener un duende como compañero para jugar y divertirse juntos. Pero, año tras año, nunca recibía respuesta alguna.

Un día, mientras María caminaba por el bosque, una luz centelleante apareció acompañada de un ruido extraño. Al principio, creyó que era su imaginación, pero cuando se acercó, descubrió que eran tres duendes pequeños jugando juntos. Se dieron cuenta de que ella los observaba, y rápidamente se escondieron detrás de un árbol.

María, algo confundida por lo que había pasado, regresó a casa pensando en ello todo el camino. Cuando llegó a su casa, se dirigió a su habitación y encontró algo extraordinario: un pequeño duende había aparecido junto a su cama.

El duende era tan pequeño que cabía en su mano, tenía un gorro colorido y una pequeña camisa roja y verde similar a la de los demás duendes que había visto. Sin embargo, este era especial, él había aparecido para ella.

El duende, que parecía haber sido enviado por Santa Claus, era su compañero de aventuras: juntos construyeron casitas de nieve, hicieron muñecos de nieve y se deslizaron por las colinas nevadas. La feliz María no podía creer que su deseo se había concedido finalmente.

Pero el duende, a quien llamó «Rojo» por sus ropas, tenía un secreto. Él y sus compañeros duendes siempre trabajaban para Santa, asegurándose de que los regalos fueran perfectos. Pero los duendes se habían dado cuenta de que había una falta de alegría en el Polo Norte, y que la Navidad se estaba volviendo cada vez más opaca.

Rojo le explicó a María que había una forma de ayudar a Santa y a todos los habitantes del Polo Norte a volver a sentir de nuevo la alegría y la felicidad: el secreto estaba en hacer que todos los duendes bailaran.

La pequeña niña, con tan solo siete años, no sabía cómo podría ayudar, pero prometió que haría todo lo posible. Rojo comenzó a enseñarle los movimientos de baile que él y sus amigos duendes ejecutaban, y juntos ensayaron hasta alcanzar la perfección.

Un día, en el taller de Santa Claus, María sugirió que los duendes hicieran una celebración de baile para la Navidad. Todos los duendes estaban tan emocionados con la idea que comenzaron a practicar sin descanso.

La noche de Navidad, cuando los regalos estuvieron listos y colocados cerca del trineo de Santa listos para ser entregados, los duendes comenzaron su espectáculo de baile. Los habitantes del Polo Norte y Santa Claus observaban enérgicos y emocionados, las luces se encendieron y la música comenzó a sonar. Los duendes, dirigidos por Rojo y con María como invitada especial, demostraron su increíble talento para el baile.

Cuando el festivo espectáculo terminó, una verdadera explosión de alegría se apoderó del lugar. Las personas sonreían, reían y se abrazaban, y Santa Claus, sorprendido por la maravillosa idea de los duendes y la habilidad de María, agradeció a los pequeños ayudantes por el increíble trabajo que habían hecho.

Desde entonces, cada Navidad en el Polo Norte, los duendes organizan una gran fiesta de baile en la que todas las personas y los duendes pueden participar y celebrar juntos. La alegría y la felicidad han regresado al Polo Norte, y Santa Claus y sus ayudantes saben que gracias a la pequeña niña llamada María y su duende Rojo, la Navidad siempre será memorable.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
El secreto de los duendes de Santa
¿Te ha gustado «El secreto de los duendes de Santa»?
¡Compártelo con tus amigos!
Facebook
Twitter
Pinterest
WhatsApp
Email
Imprimir