La aventura de la pequeña bruja

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La aventura de la pequeña bruja
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La aventura de la pequeña bruja. Érase una vez una pequeña bruja llamada Luna. A Luna le encantaba volar en su escoba mágica, crear pociones y hechizos, y explorar la naturaleza. Sin embargo, su abuela, quien también era una bruja poderosa, siempre le decía que había un lugar al que debía ir para completar su entrenamiento en la magia.

Un día, Luna decidió aventurarse por su cuenta y descubrir ese misterioso lugar. Llenó su mochila con sus herramientas de brujería y se montó en su escoba, volando en dirección desconocida, sin saber a dónde la llevaría el destino.

Después de mucho tiempo surcando el cielo, Luna divisó una pequeña aldea en la distancia. Decidió aterrizar para tomar un descanso y explorar. Sin embargo, apenas Luna puso un pie en el suelo, la gente comenzó a mirarla con desconfianza y a murmurar entre sí.

Luna se sintió muy incómoda con la actitud de la gente y se dirigió hacia el bosque cercano para estar sola. Mientras caminaba, de repente escuchó un fuerte chillido. Luna corrió hacia el lugar de donde provenía el sonido y encontró a un pequeño pájaro atrapado entre las ramas.

Con su varita mágica, Luna utilizó un hechizo para liberar al pajarito. El animalito, agradecido, cantó una dulce melodía y se alejó volando. Luna se sintió muy feliz y se preguntó si eso significaba que estaba en el camino correcto hacia el lugar que le había mencionado su abuela.

De repente, escuchó un grito de auxilio proveniente de una cueva. Luna corrió hacia el sonido y encontró un grupo de niños atrapados en el interior. Los niños estaban muy asustados, pues no podían encontrar la manera de salir de allí.

Luna utilizó su varita mágica para crear una escalera y ayudar a los niños a salir de la cueva. Los niños le agradecieron a Luna por su ayuda y le preguntaron quién era. Luna les explicó que era una bruja y que estaba en busca de un lugar para completar su entrenamiento.

Los niños se emocionaron al escuchar eso y le contaron a Luna que hace mucho tiempo, había un lugar muy poderoso, pero que nadie se había atrevido a buscarlo, pues se decía que estaba maldito.

Luna sabía que tenía que seguir adelante, por lo que pidió a los niños que le marcaran el camino hacia ese lugar. Los niños estaban un poco asustados, pero también querían ayudar a la pequeña bruja.

Siguiendo las indicaciones de los niños, Luna llegó a un bosque oscuro y misterioso. Allí, Luna sintió una extraña presencia, como si alguien la estuviera observando. Sin embargo, Luna decidió seguir adelante y continuar su búsqueda.

Después de caminar un poco más, Luna se topó con un río. El río era tan ancho que no se podía ver el otro lado y parecía muy peligroso intentar cruzarlo. Luna sabía que no podía darse por vencida y comenzó a buscar la forma de cruzarlo.

Después de un rato, Luna encontró una roca grande que parecía estar flotando en el río. Con su varita mágica, Luna le dio un impulso a la roca y logró que flotara hasta el otro lado del río.

Finalmente, Luna llegó a su destino: una montaña alta y empinada. Después de subir la montaña, Luna encontró una cueva oscura y misteriosa donde, según la leyenda, se encontraba el poder mágico más grande del mundo.

Luna entró en la cueva, temerosa pero decidida, y se encontró con una anciana sabia que esperaba en el interior. La anciana le explicó a Luna que la razón por la que tenía que pasar por tantas pruebas y desafíos era para asegurarse de que estaba preparada para manejar el poder que se encontraba dentro de la cueva.

Luna entendió que la anciana tenía razón. Aunque había pasado por muchas aventuras y desafíos, Luna debía estar preparada para el mayor desafío de todos: convertirse en una bruja verdaderamente poderosa y responsable.

La anciana le dio a Luna una poción para que pudiera tomar el poder mágico de la cueva. Luna bebió la poción y sintió que una energía increíble se apoderaba de ella, y supo que nunca más volvería a ser la misma.

Después de completar su entrenamiento en la cueva, Luna regresó a casa. Ahora, era una bruja verdaderamente poderosa y sabia, y sabía que debía usar sus poderes solo para hacer el bien en el mundo.

Con su varita mágica en la mano y su escoba lista para surcar el cielo, Luna se convirtió en una de las brujas más poderosas y respetadas de todos los tiempos, y por supuesto, ayudó a todo aquel que lo necesitaba en su camino.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
La aventura de la pequeña bruja
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