La bruja buena

Tiempo de lectura: 5 minutos

La bruja buena
¿PREFIERES UN AUDIOCUENTO?

Si prefieres, puedes escuchar el cuento mientras haces otras tareas

La bruja buena. Érase una vez una pequeña aldea rodeada por un oscuro y espeso bosque en medio de un inmenso valle. Allí, vivía una bruja de aspecto misterioso y lúgubre que todos evitaban, excepto una niña de cabello dorado que la visitaba con frecuencia.

La niña solía llevarle flores y frutos del campo, y poco a poco, se fue dando cuenta de que esta bruja no era como las demás. Al contrario de lo que la mayoría pensaba, ella no era malvada ni causaba desgracias, sino que utilizaba su magia para ayudar a quienes la necesitaban.

La pequeña se asombraba cada vez más con sus habilidades, pues podía hacer que crecieran plantas en la tierra más infértil, sanaba heridas con solo un toque y tenía la capacidad de predecir el futuro.

Un día, mientras la niña pasaba por el bosque para visitarla, se encontró con un hombre malherido y desmayado a causa de una peligrosa cacería que se llevaba a cabo en el bosque. Rápidamente acudió a la bruja para pedir su ayuda y sin dudarlo, ésta utilizó sus habilidades mágicas para sanar al herido y salvar su vida.

Desde entonces, la bruja fue vista por los habitantes de la aldea como una heroína, y la noticia de su bondad comenzó a extenderse por todo el valle y más allá de sus fronteras.

Sin embargo, aún había personas desconfiadas que la consideraban una amenaza, y decidieron buscarla para acabar con ella. La niña se enteró y con una gran valentía, decidió protegerla. Además, una vez la bruja le regaló un hermoso pañuelo mágico que la protegía de todos los peligros.

Después de varias aventuras y enfrentamientos, la niña logró convencer a los demás habitantes de la aldea que la bruja era la protectora del valle y una aliada valiosa. Así, la bruja buena finalmente fue aceptada y considerada una gran benefactora de su comunidad.

Los años pasaron, y la niña creció para convertirse en una hermosa mujer de cabello dorado y con un gran corazón. Un día, decidió visitar a la bruja, pero al llegar a su cabaña, se encontró con que no la encontraba por ninguna parte.

Desesperada, comenzó a buscarla por el bosque. Siguieron horas de búsqueda, hasta que finalmente, llegó a un pequeño claro del bosque donde se encontraba la bruja en un estado deplorable.

Su cabaña había sido destruida por el fuerte viento, sus pociones destrozadas y sus libros quemados. La niña se sintió abrumada por la tristeza de la bruja y decidió que era el momento de devolverle todos los favores que ella había hecho por la aldea, curando a la gente, salvando vidas y evitando desastres naturales.

Con su pañuelo mágico, la mujer pudo sanar las heridas de la bruja y usar su magia para restaurar su cabaña. Pasaron días y semanas juntas, recuperando lo que se había perdido.

Pero lo que no sabía la niña, es que la bruja tenía un gran secreto. Mientras la ayudaba a recuperar sus pertenencias, la bruja le explicaba que ella tenía una misión que cumplir, y que se estaba quedando sin tiempo. Un poderoso mal que ella misma había provocado estaba a punto de llegar a la aldea, y solo ella era capaz de controlarlo.

La aldea estaría expuesta al peligro cuando la maldición se desatara, por lo que la bruja decidió sacrificar su vida para proteger a sus amigos. En hermandad, la niña tomó su pañuelo y se unió a la bruja con un abrazo. Sin embargo, esta vez, el pañuelo mágico no fue suficiente para protegerla de la maldición.

Cuando la niña despertó, ya era adulta y había pasado mucho tiempo. Casi todos los habitantes de la aldea habían muerto, y la historia de la bruja había quedado como un lejano recuerdo. Solo quedaban unas pocas personas que recordaban lo ocurrido, y uno de ellos era un anciano que se acercó a la mujer para contarle sobre el gran sacrificio de la bruja que salvó la aldea.

La mujer comenzó a llorar cuando se dio cuenta de lo que la bruja había hecho por todos ellos, y comprendió lo valiosa que había sido para el valle. La bruja buena nunca fue olvidada, su heroísmo vivió en cada uno que le recordaba.

A partir de ese día, la mujer decidió continuar con la labor de la bruja ayudando a las personas en cualquier cosa que necesitasen, así se asegura de honrar el nombre de la que una vez fue su amiga, pero que ahora había convertido en una leyenda que nunca sería olvidada.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
La bruja buena
¿Te ha gustado «La bruja buena»?
¡Compártelo con tus amigos!
Facebook
Twitter
Pinterest
WhatsApp
Email
Imprimir