La bruja y el árbol mágico. Érase una vez una aldea en lo profundo del bosque donde la gente vivía feliz y en paz. Pero esta tranquilidad fue perturbada por la llegada de una malvada bruja en busca de un árbol mágico que se decía podía cumplir cualquier deseo.
La bruja, llamada Morgath, era una mujer alta y delgada con el pelo largo y oscuro y ojos brillantes como las estrellas. Vestida de negro, llegó a la aldea en una noche oscura y tormentosa y comenzó a preguntar sobre el árbol mágico que se decía se encontraba en el bosque.
Los aldeanos, temerosos pero decididos a proteger el árbol, se negaron a darle información a la bruja. En respuesta, Morgath lanzó una maldición sobre la aldea, prometiendo destruir todo a menos que le entregaran el árbol mágico.
Los aldeanos temblaron de miedo ante las palabras oscuras de la bruja y comenzaron a buscar una solución. Sabían que el árbol mágico era importante para la aldea, y no podían dejar que cayera en manos equivocadas. Después de días de discusión, un joven llamado Aldo se levantó y propuso una idea.
– Creo que podemos engañar a la bruja – dijo, recogiendo algunas hojas y ramitas del suelo – Podemos crear un árbol mágico falso que le demos a ella.
Los aldeanos se quedaron mirando a Aldo, asombrados por su valentía y astucia. Después de algunas discusiones, aceptaron la idea y comenzaron a trabajar en el árbol mágico falso.
Aldo trabajó duro día y noche para crear la apariencia del árbol, utilizando ramas y hojas en descomposición para darle la apariencia de un árbol antiguo y poderoso. Usó piedras puntiagudas para crear hojas y oropel dorado para las flores, dándole un brillo mágico.
Finalmente, después de semanas de trabajo, el árbol mágico falso estuvo en su lugar, justo donde el árbol real solía estar. Los aldeanos sintieron un alivio momentáneo pero sabían que no podían bajar la guardia.
Morgath apareció en la aldea de nuevo, preguntando por el árbol mágico y amenazando con volver a lanzar su hechizo oscuro. Los aldeanos presentaron el árbol mágico falso hecho con pasión y nerviosismo, esperando lo mejor.
Morgath, al ver el árbol, no notó la diferencia, creyendo que era el verdadero árbol mágico, y así partió de la aldea llevándose consigo el árbol falso. Los aldeanos dejaron que la bruja fuera lejos antes de salir en busca del verdadero árbol mágico.
Mientras se adentraban en el bosque, encontraron a una anciana que vivía en una pequeña cabaña y que conocía la ubicación del árbol real. La anciana les dijo que el árbol protegía el bosque desde hace generaciones, que su energía y su sabiduría mantenían la armonía en toda la zona. Los aldeanos estaban agradecidos por la sabiduría de la anciana y se adentraron en el bosque para buscar el árbol mágico devuelta.
Después de horas de búsqueda, encontraron el árbol, rodeado de un aura de magia y poder. El árbol era imponente, con ramas que se extendían en todas direcciones y una masa de hojas haciendo sombra cada vez que el sol brillaba. Los aldeanos sintieron una reverencia por el árbol y se acercaron con cautela. Uno de ellos, un anciano cuya barba blanca llegaba hasta su cinturón, le habló al árbol, explicando la situación y pidiendo ayuda.
Para su sorpresa, el árbol respondió, dando las gracias por su valentía y astucia en la cara de la amenaza de la bruja. Después de un momento de reflexión, el árbol ofreció un remedio para la maldición de Morgath y su plan consistía en darles la misma medicina que aclararía la maldición de la aldea y lograría que el árbol mágico falso perdiera su poder.
Los aldeanos, emocionados y agradecidos, tomaron la medicina y corrieron de regreso a la aldea. A su llegada, encontraron a la bruja en un trance profundo, rodeada de oscuridad, confirmando la existencia de la maldición. Usando la medicina del árbol real, los aldeanos revirtieron la maldición de la bruja y el árbol mágico falso perdió todo el poder que tenía.
El bosque volvió a ser el hogar tranquilo que siempre había sido, con los aldeanos dando gracias al árbol mágico por su ayuda. Desde entonces, los aldeanos visitaban el árbol cada vez que tenían un problema y siempre regresaban con una solución. El árbol mágico se convirtió en el guardián de la aldea, protegiéndolos de cualquier amenaza mágica, mientras permanecía en el bosque en paz y armonía, cuidando y protegiendo a todos los que lo rodeaban.