La bruja y el cometa de la sabiduría

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La bruja y el cometa de la sabiduría
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La bruja y el cometa de la sabiduría. Érase una vez, en un lejano reino, donde las estrellas brillaban más fuerte que en cualquier otro lugar, vivía una bruja llamada Aldara. Esta bruja no era como cualquier otra bruja, pues en lugar de dedicar su tiempo a hacer pociones y conjuros para conseguir riqueza y poder, ella buscaba la sabiduría y el conocimiento.

Aldara había pasado años estudiando los astros y las constelaciones en su biblioteca en lo alto de una colina, y a menudo se sumergía en la contemplación de los cometas y planetas que pasaban por el firmamento. Pero un día, mientras estaba observando el cielo nocturno, algo extraño sucedió. Un cometa brillante y hermoso apareció en el cielo, dejando una estela parpadeante de polvo de estrellas a su paso. Aldara nunca había visto algo así antes, y sintió que algo le llamaba desde la luz centelleante del cometa.

Guiada por su curiosidad, y con un poco de temor también, Aldara decidió seguir al cometa en su viaje por el universo. Con su escoba de bruja como única compañía, voló hacia el espacio, siguiendo al cometa a través de galaxias y nebulosas desconocidas. A medida que se alejaba de la Tierra, Aldara comenzó a darse cuenta de que esta aventura no iba a ser algo fácil. El frío del espacio era terrible, y la oscuridad absoluta que la rodeaba la hacía sentir sola y vulnerable.

Después de semanas de viaje intergaláctico, Aldara finalmente llegó cerca del cometa, y descubrió que la luz centelleante que había llamado su atención procedía de una extraña roca cristalina que se encontraba en la cola del cometa. La bruja se acercó cautelosamente a la roca y la tocó delicadamente con su dedo índice.

De repente sintió una cálida sensación que se extendió por todo su cuerpo. La roca la había transportado a un lugar desconocido, lleno de luz y de un saber universal. De repente, ella podía entender todos los idiomas, incluso el de los animales, las plantas y las piedras. Había llegado a un lugar espiritual, donde se encontraba «la sabiduría».

Aldara se encontraba en una inmensa biblioteca, y más allá de las estanterías llenas de libros, se extendía un hermoso jardín lleno de espirales de flores de todas las formas y colores que desprendían una música celestial. En el centro del jardín había un gran árbol antiguo, y parecía que el árbol estuviera respirando, iluminado por un suave resplandor celestial. Aldara sintió en su corazón que ella afortunadamente estaba en un lugar de mucha sabiduría, un sitio que la estaba preparando mentalmente para algo más grande, una misión especial.

La bruja se sentó en la sala de lectura y comenzó a examinar los tomos. Horas de lectura y conocimiento, estudiando y aprendiendo cada detalle importante. Cada página era un cúmulo de información que se alojaba en su cerebro, era como si no necesitara ni siquiera leerlas, pues su mente las captaba de inmediato.

Aldara estuvo semanas en la biblioteca de la sabiduría, leyendo y aprendiendo todo lo que podía, hasta que decidió que había llegado el momento de regresar a la Tierra, para compartir su conocimiento con todas las personas y criaturas que encontrara a su paso. Pero antes de partir, se detuvo en el hermoso jardín y se acercó al gran árbol iluminado en el centro.

«Gran árbol, me siento agradecida por todo el conocimiento que he adquirido en esta biblioteca, y te pido que me ayudes a compartir este conocimiento con todos los seres que encuentre en mi camino. Que el mundo sea un lugar más sabio gracias a mí», dijo Aldara en voz baja.

El árbol iluminado pareció responder con un suave susurro, y la bruja sintió una extraña energía fluyendo por su cuerpo mientras se preparaba para dejar el jardín de la sabiduría.

Con un último suspiro, Aldara se despidió de la biblioteca y se adentró en la oscuridad del espacio. A medida que se alejaba del jardín de la sabiduría, todo a su alrededor comenzó a brillar con una luz diferente, una luz que parecía nacer de dentro de ella misma. La sensación era extraña, pero emocionante, y la hizo sentir que podía hacer cualquier cosa.

Cuando finalmente regresó a la Tierra, Aldara se dio cuenta de que todo en el mundo había cambiado. Todo lo que veía ahora tenía un nuevo significado. Las rocas hablaban de geología, los árboles y plantas sobre botánica, las personas y sus expresiones faciales se diferenciaban por la emoción que sentían en su corazón y el idioma que hablaban. Ahora, había un conocimiento que parecía estar fluyendo en su interior, y no podía esperar para compartirlo con todos los que se cruzaran en su camino.

La bruja se convirtió en una verdadera sabia, viajando por todo el reino, enseñando a las personas todo lo que había aprendido y ayudándoles a comprender el universo y la naturaleza que les rodeaba. A través de sus enseñanzas, la gente comenzó a valorar el mundo de una manera diferente, y cada uno empezó a ver lo hermoso que era el universo.

Y así, gracias a la curiosidad y la valentía de Aldara, y el viaje que emprendió siguiendo a un comet en busca de sabiduría, el mundo se convirtió en un lugar más sabio, con seres más conscientes de todo lo que les rodeaba.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
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