La bruja y el portal de la transformación. Érase una vez, en un reino muy lejano, una bruja llamada Morgana. Era conocida por ser la más poderosa de todas, ya que tenía la habilidad de transformar las cosas a su antojo. Pero a pesar de sus habilidades, Morgana se sentía sola y aburrida, pues había pasado mucho tiempo desde que había tenido algún desafío.
Un día, mientras caminaba por el bosque, Morgana se encontró con un extraño portal. No sabía cómo había aparecido allí, pero sabía que no era algo normal. El portal estaba cubierto por un manto de niebla y emanaba una extraña energía. Morgana sabía que el portal podía ser peligroso, pero la curiosidad era más fuerte que su miedo.
Con un hechizo de protección, Morgana entró en el portal. No sabía a dónde la llevaría, pero la emoción de la aventura la hacía sentir viva. Después de varios minutos, el portal la dejó en un lugar desconocido. Había cambiado de ambiente completamente, disfrutando de una sensación que jamás había experimentado.
Mientras caminaba, se dio cuenta de que algo había cambiado en ella. Ya no se sentía sola y aburrida. Había encontrado un desafío, algo que le daba una razón para vivir. De repente, se percató de un extraño objeto en el suelo. Se acercó curiosa y descubrió que era una astilla de madera.
Morgana la recogió y en ese momento, sintió una gran descarga de energía. La astilla de madera la había transformado en una versión más joven y hermosa de sí misma. Morgana se sintió revitalizada y se dio cuenta de que había encontrado el portal a la transformación.
Durante varios años, Morgana usó el portal para transformarse en varias versiones de sí misma. Cuando se sintió lo suficientemente segura, decidió utilizar el portal para transformar su reino. Sabía que sería una tarea difícil, pero ese era el desafío que estaba buscando.
Con la astilla de madera en su bolsillo, Morgana entró al portal de la transformación una vez más. Sabía que una vez que saliera, las cosas nunca volverían a ser iguales. Después de pasar por varios mundos diferentes, finalmente llegó al reino de la Reina Titania, conocida por su belleza y sabiduría.
Morgana entró al castillo y encontró a la Reina Titania en su jardín. La Reina se sorprendió al ver a Morgana allí. Sabía que ella era una bruja malvada y temía lo peor. Pero Morgana no intentó hacerle daño; en cambio, le pidió ayuda.
«Reina Titania, he venido a pedirte un favor», dijo Morgana con una sonrisa.
«¿Cómo puedo ayudarte, bruja?», preguntó la Reina con cautela.
«Necesito tu ayuda para traer una transformación positiva a mi reino. He estado usando un portal mágico para transformarme a mí misma, pero quiero hacer algo más grande».
La Reina pensó en la solicitud de Morgana. Sabía que no podía confiar plenamente en ella, pero también sabía que la transformación era algo que todos los reinos necesitaban. Así que le dio a Morgana una hierba mágica que podía ayudarla en su búsqueda.
«Morgana, esta hierba te dará la sabiduría y el conocimiento que necesitarás para hacer la transformación que deseas. Pero tienes que prometerme que lo usarás para el bien de tu reino», dijo la Reina mientras entregaba la hierba.
Morgana prometió usarlo sabiamente, tomó la hierba y pasó por el portal una vez más. Llegó a su reino y comenzó a buscar el lugar perfecto para plantar la hierba. Después de mucho buscar, encontró una zona que había sido devastada por una gran sequía y decidió que era allí donde comenzaría la transformación.
Morgana plantó la hierba mágica y comenzó a recitar sus hechizos. Como por arte de magia, la hierba empezó a crecer y pronto toda la zona había cambiado por completo. Había árboles nuevos y exuberantes y las flores estaban estallando de colores brillantes. Las personas comenzaron a venir de todas partes para admirar el cambio en su reino.
Morgana se dio cuenta entonces, que la transformación era más poderosa que cualquier hechizo que ella hubiera lanzado antes. Era más poderosa que cualquier poder mágico que ella pudiera haber usado. Se había transformado en una bruja mucho más sabia, que aprendió a usar su poder para hacer el bien.
Desde entonces, Morgana se convirtió en una figura muy importante en su reino, siempre pronunciando hechizos y cumpliendo deseos; pero lo más importante es que ella recordaba cada día la sabiduría y valores que la Reina Titania le había transmitido.
La bruja se dio cuenta que un desafío no necesitaba ser malvado o amenazador, simplemente necesitaba ser una meta que pedía que se esforzara al máximo. Y ella, al través de sus períodos de grandes desafíos, había encontrado el portal de la transformación.
