La bruja y el portal del tiempo. Érase una vez una bruja muy poderosa llamada Morgana, quien vivía en un castillo en lo alto de una montaña. Morgana poseía un gran conocimiento sobre la magia y el tiempo, y solía pasar sus días vagando por los bosques cercanos, en busca de nuevas hierbas y plantas mágicas que pudiera utilizar en sus pociones.
Una tarde, mientras caminaba por el bosque, Morgana encontró un portal antiguo y misterioso, que estaba oculto detrás de una gran roca. La bruja se acercó y vio que el portal estaba adornado con extrañas simbologías que ella no reconocía.
Morgana se emocionó al descubrir el portal del tiempo, ya que sabía que podía utilizarlo para viajar a través de los siglos y aprender más sobre la magia antigua. La bruja, sin pensarlo dos veces, decidió entrar en el portal y ver a dónde la llevaría.
La bruja se encontró de repente en un lugar completamente diferente. Había un gran caos a su alrededor y no podía entender lo que estaba pasando. Intentó volver al portal, pero descubrió que no estaba allí. Se había quedado atrapada en el pasado.
Morgana se metió en el bosque para esperar y ver qué pasaba. Pasó varias horas allí, buscando recursos y materiales para sobrevivir. Por fin, la bruja se acostó a descansar, confiando en que alguien la encontraría pronto.
Al despertar, Morgana se sorprendió al ver a un grupo de hombres vestidos con pieles de animales y con armas primitivas en sus manos. La bruja intentó huir, pero ellos la atraparon y la llevaron ante su jefe.
El jefe de la tribu, un hombre grande y musculoso llamado Gorg, la miró con desprecio y le preguntó quién era y cómo había llegado allí.
La bruja explicó su situación, pero Gorg no creyó su historia. Pensó que Morgana era una bruja mala que había venido a hacerles daño. Decidió que debían sacrificarla, para mantener a su tribu a salvo.
Morgana se sintió aterrorizada cuando se enteró de la decisión de Gorg. Sabía que tenía que hacer algo para salvarse a sí misma. Durante los siguientes días, la bruja demostró su habilidad con la magia, curando a varios miembros de la tribu y ayudando a cosechar más alimentos de los bosques.
Finalmente, Gorg se dio cuenta de que Morgana podría ser útil para ellos, incluso tal vez podría ser parte de su tribu. La bruja estaba contenta de quedarse allí, aunque sabía que tendría que hacer algo para escapar eventualmente.
Con el tiempo, Morgana aprendió a hablar su idioma y a adaptarse a su estilo de vida. Aprendió sus costumbres y rituales y se convirtió en una parte integral de su tribu.
Un día, mientras estaba en una de sus caminatas por el bosque, Morgana se topó con una planta rara y poderosa que había estado buscando durante años. Sabía que tenía que volver a su tiempo para tener éxito en su plan. La bruja planeó hacer una poción mágica para regresar a su tiempo.
Después de varios días de trabajar en secreto, Morgana completó su poción y se la bebió. De repente, se encontró de vuelta en el portal antiguo, listo para regresar a su tiempo.
Morgana fue muy feliz de volver a su hogar y agradeció a los dioses por su retorno. Sin embargo, se sintió triste al darse cuenta de que extrañaba a su tribu. Sabía que nunca regresaría, pero guardaría la memoria de su tiempo con ellos por siempre.
