La carrera de obstáculos de los duendes

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La carrera de obstáculos de los duendes
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La carrera de obstáculos de los duendes. Érase una vez en un mágico bosque lleno de duendes y hadas, se llevaba a cabo una emocionante carrera de obstáculos para los duendes que sería una verdadera prueba de destreza y habilidad. Todos los duendes estaban emocionados de participar en la carrera, y prepararon sus mejores habilidades para llegar a la línea de meta.

La carrera comenzó temprano en la mañana, y todos los duendes se reunieron en la línea de partida con su mejor atuendo. Los duendes vestían trajes brillantes y coloridos, y llevaban zapatos en forma de hongo. El cielo estaba despejado, y el sol brillaba con fuerza. Los altavoces anunciaron el comienzo de la carrera y los duendes salieron corriendo.

La primera parte de la carrera consistía en una carrera a través del bosque lleno de árboles y matorrales. La carrera fue muy reñida, pero uno de los duendes llamado Tomás, saltaba de árbol en árbol con una velocidad impresionante y rápidamente comenzó a liderar la carrera.

La siguiente parte de la carrera consistía en saltar sobre una serie de barreras. Los duendes se metieron en una zona llena de obstáculos, y comenzaron a saltar hábilmente sobre barricadas hechas de ramas y troncos. Un duende llamado Lila, una de las más rápidas en la carrera, logró saltar cada una de las barreras sin ni siquiera rozarse.

La siguiente parte de la carrera era la más temida por los corredores: una zona de pantanos. Los duendes tendrían que saltar de un tronco a otro para evitar el agua estancada. Muchos de los duendes comenzaron a tener dificultades para saltar de un tronco a otro, y se cayeron en el fango. Solo unos pocos lograron pasar, y fue entonces cuando apareció un nuevo desafío.

En la siguiente parte de la carrera, los duendes debían demostrar su habilidad con los arcos y flechas. Ellos tendrían que acertar en un objetivo a cierta distancia, y los que fallaban tendrían que volver atrás y comenzar de nuevo. Fue entonces cuando el duende Tito, el mejor arquero de todo el bosque, tomó el mando y acertó en el centro de la diana con todos sus tiros.

Después de la parte de tiro con arco, llegó la parte final, el Gran Salto. Los duendes tuvieron que saltar de un impresionante acantilado, para llegar a la línea de meta. Muchos de los duendes estaban aterrados de saltar, pero uno de ellos, Pedro, se preparó para el salto. Él respiró profundamente, creyó en sí mismo y saltó de un fuerte impulso.

Los otros duendes lo siguieron inmediatamente, y uno por uno saltaron con todas sus fuerzas. Cuando la carrera finalmente terminó, los duendes se reunieron en la línea de meta y comenzaron a celebrar el final de la emocionante y desafiante carrera de obstáculos. Algunos jóvenes duendes lloraron al darse cuenta de que ya habían terminado. Otros se abrazaron y felicitaron mutuamente por el esfuerzo que habían hecho. Todo el bosque parecía estar animado y orgulloso de estos pequeños seres.

Finalmente, se anunció el nombre del ganador y el premio que recibiría: una capa de oro con el tesoro de los duendes. Todos los duendes quedaron maravillados, excepto uno: Pedro. A pesar de que había sido uno de los últimos en cruzar la línea de meta, se sentía orgulloso y feliz por haber demostrado su valentía y fuerza.

Cuando regresó a casa, Pedro se sintió un poco triste. Pensaba en todos los otros duendes que habían perdido en la carrera, y no podía dejar de pensar en ellos. Decidió hacer algo especial para ellos. Empezó a trabajar en secreto durante días y noches, y pronto creó una carrera de obstáculos en su jardín trasero, bastante pequeña en comparación a la carrera del bosque, pero muy emocionante de todas maneras.

Una mañana, Pedro invitó a todos sus amigos duendes y les mostró su carrera de obstáculos. A diferencia del en el bosque, esta carrera no era competitiva, simplemente era para divertirse. Los duendes lo pensaron y comenzaron a correr y saltar sin miedo. Pedro miraba el momento con un gran orgullo, incluso había hecho una medalla para todos los que participaron en la carrera.

Finalmente, los duendes terminaron la carrera, felices y exhaustos. Se acercaron a Pedro para hacer preguntas y lo felicitaron por ser tan dedicado en su amistad. Siendo Pedro el último en cruzar la línea meta, los otros duendes aún lo consideraban el ganador de la carrera por su generosidad y el propósito de hacerlos felices.

Mientras se sentaban juntos, una gran luna llena en el cielo iluminó sus rostros, Pedro finalmente Sintió el calor en su corazón al ver a todos sus amigos felices, abrazándose, riéndose y celebrando la carrera. De repente, tuvo un pensamiento audaz: ¿por qué no crear un gran evento con sus amigos, una carrera de obstáculos más grande y divertida en el bosque? Él podría hacer que la carrera no fuera competitiva, sino que se convirtiera en una fiesta anual, y todos los duendes y hadas podrían participar y compartir su amistad y habilidad juntos.

La carrera se convertiría en un evento anual en todo el bosque, un momento en que los duendes y las hadas se reunían para divertirse y celebrar su amistad con los demás. La historia no acaba aquí, sino que sigue hasta nuestros dias, donde cada año en el mismo bosque se realiza la carrera de obstáculos de los duendes, donde se comparte la amistad y la habilidad entre todos los duendes y habitantes del bosque.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
La carrera de obstáculos de los duendes
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