La casa del árbol embrujada de Halloween. Érase una vez una casa del árbol embrujada en el bosque. La casa del árbol siempre había sido un lugar misterioso, pero en la noche de Halloween, la casa del árbol era más espeluznante que nunca.
Niños y niñas de todo el pueblo se habían reunido en la entrada del bosque. Estaban vestidos con sus disfraces de Halloween y habían venido a la casa del árbol para ver qué tipo de truco o trato les esperaba dentro de la casa embrujada.
Los niños y niñas comenzaron a subir por la escalera de la casa del árbol, uno por uno. La escalera de la casa del árbol crujía y gemía bajo sus pies, haciéndolos sentir como si estuvieran subiendo a un castillo embrujado.
Finalmente, una vez que todos habían llegado a la cima de la escalera, encontraron la puerta de la casa del árbol. La puerta era de un color oscuro y estaba cubierta de polvo y telarañas.
Uno de los niños, llamado Alex, empujó la puerta con cautela. La puerta se abrió lentamente, dando paso a un escalofriante murmullo que emanaba desde el interior de la casa del árbol. Los niños y niñas entraron uno a uno, sintiendo que estaban siendo observados por ojos invisibles.
Dentro de la casa del árbol, todo estaba oscuro y tenebroso. Las paredes estaban cubiertas de un extraño material que emitía una luz fantasmagórica. El piso, hecho de madera antigua, rechinaba bajo sus pies.
De repente, la casa del árbol se iluminó con un resplandor sobrenatural. Fue entonces cuando los niños y niñas vieron al anfitrión de la noche. Era un ser extraño y peludo. Tenía cuernos y una sonrisa malvada.
«¡Bienvenidos a la casa del árbol embrujada!», gritó el anfitrión, mientras hacía una reverencia.
Los niños y niñas comenzaron a reír y a sentirse más cómodos cuando el anfitrión del evento comenzó a hablar con ellos. Les enseñó un montón de trucos de magia y bromas divertidas. Todos estaban dispuestos a seguir al anfitrión de la casa del árbol, sin saber lo que les esperaba en el interior.
Mientras recorrían los oscuros pasillos de la casa del árbol, los niños y niñas comenzaron a descubrir cosas perturbadoras. Había arañas gigantes que colgaban del techo, murciélagos que volaban por todas partes, y esqueletos que se mecían en las sillas. También encontraron una habitación llena de espejos que los hacían ver más pequeños o más grandes.
Los niños y niñas se rieron hasta que sus caras les dolieron. Se contaron historias espeluznantes, cantaron canciones de Halloween y disfrutaron de una cena de dulces y golosinas.
Sin embargo, la diversión llegó a su fin cuando el anfitrión de la casa del árbol les dijo que se había acabado la fiesta. Los niños y niñas se dieron cuenta de que era hora de irse a casa.
Justamente antes de que salieran de la casa del árbol, el anfitrión les recordó que siempre pueden visitar la casa del árbol. Les prometió que siempre estaría allí, abierto y listo para recibirlos en la noche de Halloween.
Los niños y niñas caminaron por la escalera de la casa del árbol, sintiendo un poco de tristeza por tener que irse. Pero cuando llegaron a la base del árbol, se dieron cuenta de que nunca habían pasado una noche tan divertida y emocionante como la que pasaron en la casa del árbol embrujada.
A medida que se alejaron del bosque, los niños y niñas reían y cantaban, contándose historias sobre las bromas que habían jugado a sus amigos y la diversión que habían tenido esa noche. Se dieron cuenta de que nunca olvidarían esa noche en la casa del árbol embrujada y que siempre recordarían la magia de Halloween.
Después de regresar a casa, los niños y niñas se acostaron en sus camas y cerraron los ojos, recordando la emoción y la aventura que habían vivido. De repente, un rayo de luz se filtró por la ventana, y pareció que el anfitrión de la casa del árbol estaba levantando su sombrero para despedirse de ellos.
Los niños y niñas se sintieron cómodos y seguros en la cama, seguros de que la casa del árbol siempre estaría allí para recibirlas en la noche de Halloween. Y así fue, en la siguiente noche de Halloween, todos los niños y niñas regresaron a la casa del árbol embrujada para celebrar otra noche de trucos y tratos con su extraordinario anfitrión. Y así la historia continúa, creando memorias y aventuras a lo largo de muchos otros años en la noche más mágica del año.