La casa del bosque de los susurros

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La casa del bosque de los susurros
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La casa del bosque de los susurros. Érase una vez en la casa del bosque de los susurros, había un pequeño ratón llamado Tito. Tito era muy curioso y siempre se aventuraba a explorar lugares nuevos en el bosque.

Un día, mientras Tito estaba buscando algo de comida, encontró una puerta escondida detrás de un árbol. La puerta estaba cerrada pero Tito pudo escuchar unos susurros que venían de dentro. Esto le pareció muy interesante y decidió investigar más.

Después de luchar un poco para abrir la puerta, Tito finalmente pudo entrar en la casa del bosque de los susurros. Lo que encontró allí lo dejó asombrado. Era una gran sala llena de mundos mágicos y criaturas maravillosas, estaba llena de luz y color. Tito sabía que había encontrado un lugar muy especial.

La persona que vivía en la casa del bosque de los susurros se llamaba Abuela Ola y era una anciana sabia y amable que cuidaba de todas las criaturas del bosque. Tan pronto como Tito la conoció, se hicieron amigos rápidamente.

Abuela Ola le contó a Tito la historia de cómo construyó la casa del bosque de los susurros. Dijo que cuando era joven, había descubierto la magia de los bosques y quería construir un lugar donde todos pudieran sentir la misma magia que ella. Entonces, trabajó duro para construir la casa del bosque de los susurros.

Desde entonces, había estado permitiendo que los animales y las criaturas del bosque entraran y salieran de su casa y les daba un hogar seguro y cálido para vivir. Abuela Ola les enseño cómo se podía cuidar de todo el bosque para que siguiera siendo un lugar hermoso y lleno de vida.

Tito estaba emocionado por todo lo que Abuela Ola le enseñaba, y él aprendió habilidades muy importantes para sobrevivir en el bosque. Aprendió a hacer una cama de hojas y ramitas, a buscar alimentos y agua, y cómo construir una casa de palos. Tito estaba emocionado por aprender todo lo que Abuela Ola tenía que enseñar.

Mientras Tito pasaba tiempo en la casa del bosque de los susurros, también hizo nuevos amigos. Conoció a un búho sabio que le enseñó cómo moverse en la oscuridad, a una ardilla muy enérgica que le mostró cómo recolectar frutas y nueces, y una familia de ciervos tranquila que le enseñó cómo cuidar el bosque y sus alrededores.

Pero un día, Abuela Ola recibió una gran noticia: ella tenía que partir y dejar la casa del bosque de los susurros. Esto dejó a Tito muy triste y preocupado. Pero Abuela Ola le dijo que no debía preocuparse, que ella había enseñado a todos los animales del bosque cómo cuidarse y se aseguró de que Tito y sus amigos estuvieran en buenas manos.

Abuela Ola sabía que Tito había aprendido mucho en la casa del bosque de los susurros, así que le dijo que estaba orgullosa de él porque había aprendido habilidades importantes para sobrevivir en el bosque. Le aseguró que siempre había un hogar seguro en su casa, y que estaría allí para él si alguna vez lo necesitaba.

Tito se despidió de Abuela Ola con un gran abrazo y prometió seguir explorando y cuidando del bosque. Abuela Ola le dio un cálido abrazo y le dijo que siempre recordara las lecciones que había aprendido en la casa del bosque de los susurros.

Desde ese día, Tito se aventuró en el bosque con sus amigos y protegió el bosque con mucho cuidado y amor, recordando siempre las enseñanzas de Abuela Ola en la casa del bosque de los susurros. Y así, Tito se convirtió en un valiente y sabio protector del bosque, asegurándose de que el bosque fuera un lugar mágico y lleno de vida para siempre.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
La casa del bosque de los susurros
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