La casa del cementerio del laberinto

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La casa del cementerio del laberinto
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La casa del cementerio del laberinto. Érase una vez un laberinto que se encontraba en las afueras de un pequeño pueblo. Este laberinto era muy famoso entre las personas del lugar, ya que se decía que dentro de él se encontraba una casa muy misteriosa y tenebrosa. Dicen que quien lograba encontrar la casa, se convertía en el dueño del laberinto.

Cuenta la leyenda que un hombre muy valiente llamado Juan se adentró en el laberinto en busca de la casa. Juan llevaba consigo una linterna, un mapa y mucha valentía. Mientras caminaba, se encontró con muchos obstáculos y problemas, pero él nunca se rindió.

Luego de muchos días caminando dentro del laberinto, Juan finalmente encontró la casa. La casa del cementerio del laberinto era grande y estaba construida con ladrillos oscuros, parecía que nunca había visto la luz del día. La puerta de entrada estaba hecha de madera vieja y crujiente, y al abrirla, se escuchó un ruido muy extraño.

Juan entró a la casa y se dio cuenta de que todo estaba oscuro, por lo que encendió su linterna. Al hacerlo, vio que estaba rodeado de muchas tumbas y lápidas. Temeroso, se dio cuenta de que cada lápida tenía escrito el nombre de alguna persona que había fallecido en el pueblo. Juan decidió explorar un poco más, encontró un espejo gigante que reflejaba su reflejo, estaba un poco asustado de seguir pero pensó en que lo mejor era devolverse y salir, pero sus piernas en su mente ya no querían ir a ninguna parte.

Cuando Juan intentó salir de la casa, se dio cuenta de que estaba perdido. El laberinto parecía aún más complejo de lo que había imaginado. Intentó buscar la salida varias veces, pero no la encontraba. Mientras caminaba, encontró a un niño que parecía asustado y buscaba a su madre, pero se había perdido en el laberinto igual que Juan. Decidió ayudar al niño, y juntos buscaron la salida de la casa.

Finalmente, después de muchas horas buscando, lograron encontrar la salida del laberinto. Al salir, sintió una gran emoción por haber logrado salir, pero su alegría se desvaneció cuando se dio cuenta de que el niño seguía perdido. Entonces Juan decidió buscar a la madre del niño mientras este esperaba afuera del laberinto, Juan volvía de nuevo adentro y logró encontrar a la madre.

Juan llevó a la madre del niño hasta donde estaba el infante, y ambos se reunieron con mucha felicidad. La madre y el niño agradecieron a Juan por haberlos ayudado y salvarlos. Además, descubrieron que Juan había logrado ser el dueño del laberinto, según la leyenda. Con mucha emoción compartieron la noticia con todos en el pueblo.

A partir de ese momento, la casa del cementerio del laberinto se convirtió en un lugar de paz y tranquilidad, ya que Juan decidió hacer algo especial con ella. Decidió convertirla en una biblioteca para todos los niños del pueblo. Ahora, los niños podían disfrutar de muchos libros y cuentos especiales cada vez que visitaban la casa.

Desde entonces, muchas personas llegaban al laberinto para disfrutar de los libros de la biblioteca, y muchos niños regresaban una y otra vez por la emoción de perderse en el laberinto.

La historia del valiente Juan se convirtió en una leyenda que se contaba en todo el pueblo, y su valentía y pasión por ayudar a los demás se convirtió en una inspiración para muchos.

Y así, el laberinto dejó de ser conocido por su misterio y peligro, para convertirse en un lugar de aventura, libros y mucha diversión. La casa del cementerio del laberinto se convirtió en un lugar sagrado, lleno de historias y aventuras que cambiarían la vida de muchos.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
La casa del cementerio del laberinto
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