La casa del reino de las tinieblas. Érase una vez en el reino de las tinieblas, una casa misteriosa que nadie se atrevía a visitar. Todos los habitantes del reino lo conocían como “La casa de los espíritus”.
Había muchos rumores acerca de ella, algunos hablaban de que estaba habitada por criaturas extrañas, mientras que otros decían que en el interior de la casa se escondía un tesoro muy valioso. Pero nadie se atrevía a averiguar la verdad.
Un día, un niño muy curioso llamado Tomás decidió desafiar a su miedo y explorar la famosa casa de los espíritus. Él había oído hablar del tesoro y quería encontrarlo para poder ayudar a su familia. Así que, sin pensarlo dos veces, tomó su mochila y se dirigió a la casa.
La casa estaba situada en lo alto de una colina, con una escalera de piedra que llevaba a la puerta principal. Tomás subió los escalones y abrió la puerta. El interior de la casa estaba oscuro y frío, pero Tomás decidió seguir adelante.
A medida que avanzaba por la casa, se dio cuenta de que había muchas habitaciones. En una habitación había varias camas con sábanas blancas, en otra había libros y en una tercera había muebles antiguos. Pero lo más extraño de todo fue cuando entró en una habitación completamente oscura y escuchó unos ruidos extraños.
Asustado, Tomás intentó retroceder, pero tropezó con una mesa y se hizo daño en una pierna. En ese momento, apareció una luz brillante que iluminó toda la habitación y entonces vio una figura misteriosa. Era una mujer que vestía un vestido largo y blanco y tenía una corona de flores en su cabeza.
La mujer se acercó a Tomás y le preguntó qué estaba haciendo allí. Él le contó la verdad y la mujer le explicó que ella era la reina del reino de las tinieblas y que la casa en la que se encontraba había sido su hogar en el pasado.
La reina le contó a Tomás que había una puerta secreta detrás de una estantería antigua en una de las habitaciones, y que detrás de esa puerta había un jardín mágico y el tesoro que él estaba buscando. La reina le dio las gracias por haberse atrevido a desafiar su miedo y le explicó que él era el único que estaba destinado a encontrar el tesoro.
Tomás siguió las instrucciones de la reina y encontró la puerta secreta. Al pasar por ella, se encontró en un hermoso jardín lleno de flores multicolores, arbustos de oro y una fuente de plata. Además, descubrió un cofre con el tesoro que había estado buscando.
Tomás se emocionó al ver la cantidad de objetos valiosos que había en el cofre. Había monedas antiguas, joyas brillantes y estatuas de oro. También encontró un pergamino que contenía una advertencia: “Este tesoro es mágico y solo puede ser utilizado para hacer el bien”.
Decidió llevar el tesoro a casa y ayudar a su familia, pero también pensó en cómo podría utilizar el tesoro para hacer el bien en el reino de las tinieblas. Así que, regresó a la casa de la reina y le contó su plan.
La reina se emocionó al oír las palabras de Tomás y le dijo que él era un niño especial porque había sido capaz de superar su miedo y hacer el bien en el reino de las tinieblas.
Juntos, Tomás y la reina del reino de las tinieblas, decidieron utilizar el tesoro en proyectos comunitarios que ayudaran a los habitantes del reino. Con el tesoro mágico, construyeron escuelas, hospitales y casas para los necesitados. También crearon espacios verdes y lugares de esparcimiento para los niños.
El reino de las tinieblas había cambiado de ser un lugar triste y solitario a uno lleno de vida y esperanza. Todos los habitantes estaban muy agradecidos con Tomás y la reina, y se sentían orgullosos de llamar a su reino “el reino de la bondad”.
Tomás había aprendido que la valentía y la bondad eran las mejores armas para superar sus miedos. Y aunque seguía siendo curioso, sabía que debía estar atento y actuar siempre con sabiduría.
Y así, gracias a Tomás, la casa de los espíritus se convirtió en la casa de la reina y fue una fuente de inspiración para muchos niños y niñas del reino de las tinieblas.
FIN.
