La casa del terror de Halloween. Érase una vez, en la ciudad de Halloween, una casa muy especial. Se la conocía como «La casa del terror» y era el lugar más aterrador de todo el barrio.
Los niños y niñas del lugar solían pasar por delante de la casa corriendo, asustados por lo que podían encontrar en su interior. Pero una noche, un grupo de amigos decidió hacer frente a sus miedos y entraron en la casa.
Cuando abrieron la puerta, se encontraron con una sorpresa. En lugar de ver cosas espeluznantes, había un señor muy simpático en una silla de ruedas. Era el dueño de la casa y se llamaba Don Pascual.
Don Pascual les contó la historia de su casa. En realidad, era conocida como «La casa del terror» porque antes de ser su hogar, era una antigua atracción de feria. La atracción consistía en que los visitantes entraban en las distintas habitaciones de la casa, siendo cada una más aterra-dora que la anterior.
Don Pascual, cansado de esta temática, decidió comprar la casa y darle un nuevo uso. Ahora, junto a su mujer y sus nietos, la transformó en una casa de juegos para disfrutar en familia.
Los niños y niñas se sorprendieron al saber que la casa del terror no era tan aterradora como siempre habían pensado. De hecho, Don Pascual les invitó a todos a jugar con su familia. Los niños y niñas aceptaron de buen grado y se adentraron en la casa.
La casa había sido renovada con muchos juegos y sorpresas agradables. Había una habitación de colores en la que podías pintar, un laberinto de espejos, una tienda de caramelos y un cine para ver películas.
Los niños y niñas disfrutaron de todos los juegos, las risas y caramelos que les ofrecían. ¡Incluso se olvidaron de que habían tenido miedo antes!
Mientras estaban jugando, escucharon un ruido extraño que venía de la habitación trasera. Decidieron ir a investigar, pero se encontraron con la puerta cerrada. Después de varios intentos, lograron abrirla y se encontraron con el sótano de la casa.
El sótano era oscuro y frío, pero también muy intrigante. Había objetos extraños por todas partes y todo parecía un poco fuera de lugar. Uno de los niños, llamado Tomás, encontró un extraño libro. Se llamaba «El libro de los sustos».
El libro había pertenecido a la atracción original de la casa y en él estaban detallados todos los sustos que los visitantes habían experimentado. Los niños y niñas se quedaron maravillados al ver la lista de trucos y sorpresas, pero también sintieron un poco de miedo al leerlos.
Don Pascual les explicó que el libro estaba fuera de uso, pero que había que tener cuidado con él. De repente, una gran ventisca sacudió la casa y se apagaron todas las luces.
Los niños y niñas se asustaron muchísimo y corrieron hacia la salida. Pero, cuando la consiguieron abrir, se encontraron en una sala vacía, con una puerta cerrada que no habían visto antes.
Ellos se dieron cuenta de que se habían equivocado de puerta y se habían metido en la sala de la atracción de feria original. Todo volvió a la normalidad y los niños y niñas salieron riendo de la casa del terror.
Desde aquel día, los niños y niñas volvían a la casa de Don Pascual todos los días a jugar. Ahora, la casa del terror ya no era aterradora, si-no divertida. Pero eso sí, nunca más se acercaron al sótano ni al libro de los sustos.
Don Pascual y su familia estaban muy contentos de que la casa hubiera dejado de ser una atracción peligrosa para convertirse en un lugar de juegos y diversión. Los niños y niñas se sintieron agradecidos por encontrar ese lugar tan especial donde poder ser ellos mismos, sin miedo a nada.
Así que, si alguna vez pasas por delante de «La casa del terror» de Halloween, no dudes en entrar. Quién sabe, ¡quizás te sorprenda todo lo que encuentres en su interior!