La Corte de los Dinosaurios

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La Corte de los Dinosaurios
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La Corte de los Dinosaurios. Hace muchos siglos, en una tierra lejana donde reyes y reinas gobernaban con tiranía, existían las criaturas más antiguas del mundo, los dinosaurios. La ciudad donde estos magníficos seres vivían era conocida como La Corte de los Dinosaurios, pues allí se encontraban los más importantes y poderosos de su especie.

Había un pequeño dinosaurio llamado Tris que era muy diferente a los demás, pues era el más pequeño de su clase y no tenía habilidades especiales como los demás. Tris se sentía triste y solo, era ignorado por todos los demás dinosaurios y siempre era el último en todo.

Un día, mientras caminaba por las calles de la corte, Tris se topó con la princesa de los dinosaurios, una hermosa dinosaurio de color rosa llamada Rosi. Rosi era amable y cariñosa, algo que no era común en los dinosaurios de la corte. Tris quedó cautivado por su belleza y comenzaron a hablar.

Rosi se dio cuenta de la tristeza que Tris llevaba dentro, así que para animarlo, decidió salir a dar un paseo por el bosque que estaba alrededor del Reino. Durante el paseo, Tris y Rosi encontraron una cueva escondida en la montaña.

Al entrar a la cueva, vieron muchas piedras brillantes que nunca antes habían visto. Rosi tomó una de las piedras y la sostuvo en alto, la luz de la piedra iluminó la cueva, y en ese momento un círculo mágico apareció en el suelo. De repente, Rosi desapareció y Tris se quedó solo en la cueva.

Tris se sintió solo y asustado. Pero justo en ese momento, un anciano dinosaurio apareció en la cueva. El anciano era uno de los dinosaurios más sabios de la corte, y le explicó a Tris que las piedras brillantes eran «Piedras de los Deseos» que solo podían ser usadas por alguien con un corazón puro y sincero.

Tris se emocionó al escuchar esto, porque siempre había deseado ser un dinosaurio poderoso y famoso en la corte. El anciano sabio le dijo que debía tener cuidado con lo que deseaba, ya que estos deseos podían tener consecuencias imprevistas.

Tris no le prestó atención a las advertencias del anciano y rápidamente tomó una piedra de los deseos para hacer su pedido. Deseó con todo su corazón ser el dinosaurio más valiente y poderoso de la corte, y de repente fue envuelto en un aura roja y brillante.

Cuando la luz desapareció, Tris se sintió extraño, se veía más grande y musculoso, y su piel se había vuelto de color rojo. Tris estaba feliz porque su deseo había sido concedido, pero pronto se dio cuenta de que había cometido un grave error.

Se sintió muy diferente, no podía moverse con la misma habilidad que antes, y todos los demás se alejaban de él. Tris se dio cuenta de que ser diferente no siempre era una bendición, y que su deseo estaba causando más problemas de los que imaginó.

Tris decidió volver con el anciano sabio para que lo ayudara. El anciano, viendo la tristeza en los ojos de Tris, le hizo ver que la verdadera felicidad no viene de tener habilidades especiales o poderes, sino de ser feliz con quien uno es en realidad.

Tris regresó a la corte, determinado a hacer lo correcto y ser fiel a sí mismo. Con el tiempo, Tris se dio cuenta de que no importa cuan pequeño o diferente seas, lo que realmente importa es ser fiel a uno mismo y ser verdaderamente feliz.

Y así, Tris se convirtió en un ejemplar dinosaurio, no el más valiente ni el más poderoso, pero sí el más respetado por su humildad y honestidad.

La Corte de los Dinosaurios se llenó de paz y felicidad, y Tris siempre recordará su aventura y cómo aprendió una gran lección al respetar y amar a quien realmente era.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
La Corte de los Dinosaurios
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