La escuela de los ositos y su día de excursión

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La escuela de los ositos y su día de excursión
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La escuela de los ositos y su día de excursión. Érase una vez en la Escuela de los Ositos, que estaba situada en un bosque encantado, los pequeños peludos estaban muy emocionados ya que era el día de su excursión anual. Todos los ositos estaban listos para vivir una experiencia inolvidable.

Desde temprano, se prepararon sus mochilas con todo lo necesario para el día de excursión. Había sandwiches de mermelada en forma de ositos, manzanas frescas, botellas de agua y linternas por si se perdían en el bosque. También llevaron consigo ropa cómoda para caminar y zapatos para escalar rocas y montañas.

La maestra de la Escuela de los Ositos los llevó a través del bosque para que pudieran apreciar la naturaleza. El sol brillaba en el cielo y los pájaros cantaban hermosas melodías. Los osos también canturreaban mientras paseaban y se emocionaban cada vez más, pensando en todo lo que podrían ver y hacer.

Llegaron a una pequeña cascada y los ositos se maravillaron con el agua que brillaba al reflejar los rayos del sol. Se detuvieron por un momento para tomar fotografías con sus cámaras para tener un recuerdo de su día de aventura.

Después de un momento, los ositos continuaron su caminata. Pasaron por un arroyo y un lago, y vieron algunos peces que nadaban tranquilamente en el agua. Los ositos se emocionaron aún más y pidieron a su maestra permiso para pescar. La maestra se rió y les dijo que esa sería una actividad para otro día, ya que continuaban su jornada.

Luego de haber recorrido un sendero durante algunas horas, llegaron a una zona de rocas altas que lindaba con una hermosa vista del paisaje. Era una hermosa campiña decorada con arboles y flores de mil colores. A lo lejos se veía alguna que otra casa de campo rodeada de animales y naturaleza.

La maestra de la Escuela de los Ositos les dijo que podían escalar las rocas si lo deseaban, por lo que los ositos emocionados comenzaron a escalar y saltar de roca en roca. Sin embargo, uno de los ositos más pequeños, llamado Osito Mikey, tenía miedo de escalar y no quería continuar.

Osito Carlitos, que era el mejor amigo de Osito Mikey, se dio cuenta de que su amigo no estaba disfrutando la aventura y decidió ayudarlo. Carlitos cogió la mano de Mikey y le dio mucha seguridad para que pudieran subir juntos. La maestra también les ayudó a encontrar un camino más sencillo para que pudieran continuar sin peligro.

Juntos disfrutaron de la hermosa vista desde lo alto de las rocas y se sintieron muy valientes, además de agradecidos el uno con el otro por haber compartido la experiencia.

Finalmente, llegó la hora de regresar a la Escuela de los Ositos. Fueron felices y alegres, jugando y riendo por el bosque. Al llegar, todos los ositos se abrazaban y se despedían con mucho cariño, agradecidos por haber compartido un día inolvidable.

Osito Mikey estaba muy agradecido con su amigo Carlitos y se aseguró de dejarle saberlo. A partir de ese día, siempre que los ositos realizaban una actividad, Osito Mikey no tenía miedo si su amigo estaba cerca.

Los ositos se irían a dormir con la satisfacción de haber disfrutado de un gran día de excursión. Pensarían en todas las maravillas que habían visto y en las aventuras que tuvieron y no podían esperar a realizar su próxima excursión a través del bosque encantado que se había vuelto su hogar.

Y así fue como los ositos aprendieron a ser valientes y a apoyarse unos a otros en todas sus aventuras, mientras disfrutaban de la belleza del bosque y su compañía mutua.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
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