La fiesta de Halloween de las brujas

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La fiesta de Halloween de las brujas
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La fiesta de Halloween de las brujas. Érase una vez un pequeño pueblo en el bosque, rodeado de un misterio que atraía a muchos turistas durante el año. Sin embargo, la verdadera atracción estaba en la fiesta de Halloween de las brujas, donde las brujas más poderosas del mundo se reunían para celebrar la noche más mágica del año y renovar su energía.

La fiesta se realizaba en una enorme casa abandonada, en la cual todas las brujas llegaban a su destino en sus escobas mágicas, los cuales los llevaban directamente al jardín delantero de la casa. Allí, se congregaban y se saludaban con risas malvadas, mientras las calaveras decoraban el ambiente con su simbología macabra.

Después de unos minutos, la casa se abría automáticamente, y todas las brujas entraban al gran salón. Allí se encontraban las famosas brujas del coven, quienes eran las anfitrionas de la fiesta.

Las brujas del coven, quienes habían organizado la fiesta, vestían túnicas largas de terciopelo negro, y portaban sombreros puntiagudos de color morado. Una de ellas, la líder del coven, se levantó y pronunció las palabras mágicas: «Ubjemm ejrry biergesh». En el momento en que lo dijo, el salón se transformó de un gran salón vacío en el más lujoso de los salones. Con alfombras persas, cristales y oro puro adornando cada rincón, las brujas se maravillaron con la bella decoración.

La fiesta comenzó, y las brujas comieron y bebieron, disfrutando del ambiente mágico y la compañía de otras brujas. Pero no todo era diversión, ya que también se llevaba a cabo la ceremonia de renovación de energía, en la cual las brujas más poderosas se reunían en un círculo mágico, y mediante la ayuda de la líder del coven, se renovaba su energía.

Era un proceso complejo, pero podía ser peligroso si alguna bruja tenía malicia en su corazón, ya que de esa forma podía absorber la energía de las demás y crecer en poder. Por esta razón, todas las brujas eran cuidadosamente seleccionadas para asistir a la fiesta, asegurando que no hubiera malas intenciones.

Mientras tanto, en el exterior de la casa, los humanos curiosos se juntaban para espiar la fiesta, sólo para encontrarse con una guardia de vampiros y los árboles mágicos del bosque, los cuales los hacían retroceder. Era conocido que las brujas eran muy peligrosas en la noche de Halloween, y estos chismosos no eran la excepción.

La fiesta avanzó a altas horas de la noche, y las brujas aún no habían comenzado la ceremonia para renovar su energía. De repente, se escuchó un ligero golpeteo en la puerta de la casa. Todas las brujas quedaron sorprendidas, ya que no esperaban a ningún visitante en plena noche de Halloween.

La líder del coven se acercó a la puerta, que se abrió sola, para encontrarse con una figura encapuchada de la oscuridad. La figura entró sin decir palabra alguna, y las brujas comenzaron a inquietarse, ya que no sabían de donde viniera.

La figura, que tenía algo en la mano, se acercó al círculo de las brujas, y la líder del coven le preguntó: «¿Quién eres y qué es lo que traes?». La figura se quitó la capucha, y la luz reveló a una pequeña niña vestida de mortífera, con una máscara puntiaguda y una bolsa llena de dulces en su mano.

La niña, con timidez en su voz, dijo: «Hola señoras, me perdí en el bosque, y como era la noche de brujas, supuse que ustedes podrían ayudarme». Las brujas rieron tan fuerte que la niña se preocupó. La líder del coven se acercó a la niña, y le dijo: «Por supuesto hija mía, déjame ayudarte».

Las brujas ayudaron a la niña a encontrar a sus padres, y después de unos minutos la pequeña se fue de la fiesta. Las brujas volvieron a su ritual, y la líder del coven dio inicio a la ceremonia.

De repente, la líder del coven descubrió que la niña había dejado una bolsa de dulces en el lugar donde se sentaba. Las brujas examinaron la bolsa, y encontraron algo extraño en su interior. Sin embargo, era demasiado tarde para evitar la influencia del elixir: la niña era una bruja, y se había infiltrado en la fiesta para absorber toda la energía de las demás.

Las brujas se dieron cuenta de la trampa demasiado tarde, y lucharon por defensa, sin embargo, la niña creció en poder y, con un brillo en sus ojos, se desvaneció en la oscuridad. Las brujas quedaron sorprendidas, ya que la barrera mágica que rodeaba la casa impedía que alguien entrara sin permiso.

La noche había cambiado, la fiesta terminó demasiado pronto, y las brujas se fueron en sus escobas, llenas de miedo y desconcierto. Este Halloween fue diferente, ya que sabían que un enemigo merodeaba cerca. Pero eso no importaba, ya que sabían que la próxima fiesta de Halloween de las brujas, sería aún más grandiosa que la anterior.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
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