La gallina de los huevos de oro

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La gallina de los huevos de oro
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La gallina de los huevos de oro. Érase una vez una bonita y bondadosa gallina que poseía el don de poner huevos de oro todos los días. Una familia de granjeros cuidaba con sumo cariño de la gallina, pues sus valiosos huevos eran la principal fuente de su sustento.

Cada mañana, la familia acudía al gallinero para recolectar los huevos de oro que la gallina había puesto durante la noche. Pero lo que nunca le contaban a la gallina es cómo valoraban esos huevos y cuál era su destino final.

Un día, un niño llamado Pedro visitaba la granja junto a su familia. Admirado por la hermosa gallina de los huevos de oro, preguntó a los granjeros por los secretos de su producción diaria de huevos tan valiosos. Los granjeros, sorprendidos por la curiosidad del niño, le explicaron todo sobre la gallina y sus huevos, pero olvidaron mencionar un detalle muy importante.

Pedro, ignorante de la realidad, decidió llevarse a la gallina a su casa para tenerla como su mascota. Vivió emocionado durante unos días, feliz de tener a la gallina de los huevos de oro tan cerca de él, pero pronto se dio cuenta de que la gallina puso un huevo normal, y no de oro.

Preocupado, Pedro decidió llevarla al veterinario, donde descubrió la verdad sobre los huevos de oro. El veterinario le contó que la gallina ponía un huevo dorado cada día, pero no era un huevo de oro real. Era solo un huevo de color dorado que valía mucho más que un huevo normal, pero no tanto como para sacrificar la vida de la gallina.

Pedro se sintió muy mal por haberse llevado a la gallina sin pensar en su bienestar. Se dio cuenta de que había sido egoísta y que no había pensado en los sentimientos de la gallina. Entonces, decidió devolverla a su hogar en la granja, donde podía vivir feliz y segura, rodeada de su familia y amigos.

Desde entonces, Pedro visitaba regularmente la granja, y se hacía amigo de la gallina y muchos otros animales del lugar. Al conocerlos, se dio cuenta de que cada uno de ellos tenía sus propios gustos, necesidades y sentimientos, iguales a los suyos, y que merecían el mismo respeto y cuidado que él mismo esperaba.

Pedro aprendió una valiosa lección: es importante ser empático y pensar en los demás, en especial en aquellos que no pueden defenderse por sí mismos, como los animales y la naturaleza. Creció amando a todos los seres vivos, y fomentando el amor y el respeto por la vida para crear un mundo mejor para todos.

La gallina de los huevos de oro, por su parte, se mantuvo en su hogar en la granja, donde la cuidaban con el amor y respeto que merecía. Continuó poniendo sus hermosos huevos cada día, pero ahora sin la presión de ser explotada o maltratada.

Al final, Pedro sintió en su corazón la felicidad de saber que había hecho lo correcto. Había aprendido a ser empático y a pensar en los demás, y así fue más feliz consigo mismo, con los demás seres vivos y con el mundo que lo rodeaba.

Este cuento es una historia de aprendizaje para los niños y niñas que leen. Invita a reflexionar sobre la empatía y el respeto por los demás, especialmente por los animales, para crear un mundo más justo, amable y equitativo. La gallina de los huevos de oro es una metáfora de la naturaleza, que nos brinda valiosos recursos, pero que merece nuestro cuidado y amor por igual.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
La gallina de los huevos de oro
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