La Hada de la Comunicación. Érase una vez en un reino muy lejano, una hada muy especial llamada La Hada de la Comunicación. Ella era la encargada de velar por la comunicación entre los habitantes del reino, desde los más humildes hasta el rey.
La Hada de la Comunicación era muy atenta a las necesidades de los habitantes del reino, por esto, con su magia hacía que la comunicación fuera fluida y efectiva. A ella se acercaban los comerciantes para solicitar ayuda en la comunicación de sus productos, los campesinos para resolver problemas de comunicación con los poblados cercanos y los miembros del rey para hacer llegar sus más importantes mensajes a su pueblo.
Un día, un campesino llamado Pedro, acudió al reino en busca de la Hada de la Comunicación. Él necesitaba su ayuda, ya que los poblados vecinos no estaban recibiendo suficientemente los alimentos que se producían en su pueblo. La Hada de la Comunicación escuchó con atención el problema y tomó una decisión inmediata. Con su varita mágica hizo que las aves del monte comenzaran a cantar y a volar en diferentes direcciones, llevando así la noticia de la escasez de alimentos en el poblado de Pedro.
Al día siguiente, las carretas comenzaron a llegar con provisiones y el problema de Pedro fue solucionado gracias a la intervención de la Hada de la Comunicación. Además, ella se aseguró de que la comunicación entre los poblados vecinos fuera más fluida, para prevenir futuros problemas.
Con el paso del tiempo, la Hada de la Comunicación se ganó la confianza y el cariño de todos los habitantes del reino, quienes siempre acudían a ella en busca de ayuda. Pero el rey, quien había mostrado cierta desconfianza hacia ella, decidió ponerla a prueba para comprobar si sus habilidades eran reales o si simplemente se trataba de trucos mágicos.
Un día, el rey convocó a todos los habitantes del reino a un gran banquete. En la fiesta, se contrataron a grandes oradores de todo el reino para hablar sobre las causas que promovía el rey. Sin embargo, hubo un problema, ya que los oradores elegidos no lograron transmitir claramente su mensaje y los asistentes no comprendían lo que se trataba de transmitir.
El rey, frustrado por el fracaso del banquete, llamó a La Hada de la Comunicación para que lo ayudara a solucionar el problema. Ella, que había estado observando todas las dificultades desde una esquina del banquete, se acercó al rey diciendo:
– Majestad, permítanme usar mis habilidades para resolver este problema de comunicación.
– Bueno, está bien, pero no haga trucos ni magia. Si realmente es tan buena como dice, entonces debería resolver esto sin ningún truco. Si falla, tendrá que abandonar este reino y nunca volverá.
La Hada de la Comunicación tomó lo que decía el rey como un desafío y comenzó a observar a los oradores. Entonces, ordenó que se reunieran en una sala reservada para ellos, para escuchar sus problemas y entender por qué no habían logrado cumplir con su trabajo.
Una vez que ella había resuelto los problemas que se presentaron, regresó al banquete y habló en nombre del rey. Con su gran habilidad para la comunicación, transmitió de manera clara, eficaz y emocionante el mensaje que el rey había querido comunicar, logrando que los asistentes se emocionaran y aplaudieran.
El rey, quien se encontraba muy sorprendido, felicitó a La Hada de la Comunicación y reconoció su gran talento, nombrándola como su consejera principal. Desde ese día, los habitantes del reino aprendieron a valorar el trabajo de La Hada de la Comunicación, quien se convirtió en un símbolo de esperanza y comunicación efectiva.
Gracias a ella, el reino vivió momentos de paz, amor y armonía, logrando así superar cualquier problema de comunicación. Se dice que aún hoy, en el pueblo donde vivió La Hada de la Comunicación, los habitantes continúan contando sus hazañas, considerándola como una de las más grandes heroínas de su tiempo.