La Hada de la Fruta

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La Hada de la Fruta
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La Hada de la Fruta. Érase una vez, en un bello reino, una hada llamada Frutalina que se encargaba de cuidar y proteger todas las frutas y verduras. Ella era muy querida por todos los habitantes del lugar, quienes siempre agradecían su dedicación y esfuerzos por mantener los cultivos sanos y frescos.

Frutalina tenía una planta especial que siempre estaba floreciendo y dando hermosas frutas de colores brillantes. Esta planta era su favorita y la cuidaba con mucho esmero todos los días. Un día, mientras realizaba la rutina de cuidado, notó que la planta estaba enfermando. Frutalina se preocupó mucho y trató de buscar la causa de la enfermedad, pero no podía encontrarla.

Mientras tanto, el rey de ese reino había convocado a todos los habitantes para una reunión importante en su castillo. La razón de la reunión era que se había enterado de que un dragón estaba atemorizando a los habitantes de los reinos vecinos y quería estar preparado por si algo así llegaba a su territorio.

Frutalina no podía dejar su planta enferma sola, pero tampoco podía dejar de asistir al llamado del rey. Entonces tuvo una idea: usar la magia para crear otro ser que pudiera cuidar de la planta mientras ella estaba ausente.

Con su varita mágica, Frutalina creó a un pequeño duende que había visto antes en un valle cercano. El duende era muy trabajador y atento, y Frutalina estaba segura de que él se encargaría de la planta en su ausencia. Entonces le dio instrucciones detalladas de cómo cuidar a su planta preciosa, y partió hacia el castillo con el corazón tranquilo sabiendo que su planta estaba en buenas manos.

Sin embargo, cuando regresó al día siguiente, se llevó una gran sorpresa porque encontró que la planta estaba peor que antes. Frutalina preguntó al duende qué había pasado, y él le aseguró que había seguido todas las instrucciones al pie de la letra. Pero Frutalina sabía que algo no estaba bien, así que decidió pasar la noche junto a la planta para atrapar a quien la estaba enfermando.

Ya entrada la noche, Frutalina se quedó dormida junto a la planta, pero de repente se despertó con un ruido fuerte. Vio que alguien estaba tratando de robar las hermosas frutas de su planta. Se levantó rápidamente y sigilosamente, y se encontró con un pequeño ratón que estaba tratando de llevarse algunas frutas.

Frutalina se sorprendió mucho porque nunca había visto un ratón que robara frutas, así que decidió seguir al ratón para ver qué estaba haciendo con ellas. Entonces, lo siguió durante un largo rato hasta que llegó a un lugar secreto en un bosque cercano.

El ratón se metió en un hueco en un árbol, y Frutalina lo siguió. Allí descubrió un gran tesoro de frutas de diferentes tipos, muchas de las cuales eran de otros jardines del reino. El ratón, en realidad, era el líder de un grupo de animales que robaba frutas de los jardines del reino para guardarlas en su escondite.

Frutalina se indignó mucho al ver lo que estaba sucediendo, así que decidió hablar con el rey para que tomara cartas en el asunto. Al día siguiente, fue al castillo y le explicó todo al rey. Él, a su vez, llamó a los guardias del reino para que capturaran al líder de la banda del ratón y a los demás animales que lo seguían.

Gracias al valiente acto de Frutalina, se recuperaron todas las frutas robadas y se dio un gran castigo a los animales que las habían robado. La planta especial de Frutalina curó y volvió a dar frutos maravillosos como siempre lo hacía. Y para agradecer a Frutalina, todos los habitantes del reino se unieron para celebrar una gran fiesta en su honor.

Frutalina estaba muy feliz porque había podido resolver el misterio y salvar su planta querida, y porque había demostrado que la magia no siempre era necesaria para resolver los problemas, sino que solo se necesitaba valentía, inteligencia y dedicación. Y felizmente, siguió protegiendo y cuidando el reino y sus cultivos como siempre lo hacía.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
La Hada de la Fruta
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