La Hada de la Ganadería

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La Hada de la Ganadería
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La Hada de la Ganadería. Érase una vez en un rincón de un país lejano a donde pocas personas llegaban, había un pequeño pueblo de pastores que se dedicaban exclusivamente a la cría de ovejas. Los pastores tenían una vida sencilla y tranquila, se levantaban temprano para cuidar de sus animales, pastorearlos y luego regresar a su hogar, sin importarles demasiado el resto del mundo.

Un día, algunos pastores descubrieron que una de sus ovejas había dado a luz a un corderito muy especial. Tenía el pelaje dorado y las patas y ojos marrones, era hermoso en todos los sentidos, pero lo más sorprendente de todo era que comenzó a crecer de una forma muy extraña. En cuestión de horas, el cordero ya había crecido tanto que podía rivalizar con cualquier oveja adulta del lugar.

Los pastores estaban fascinados con el cordero y comenzaron a tener grandes esperanzas de que podría convertirse en una oveja muy valiosa y productiva. Sin embargo, a medida que pasaban los días, se dieron cuenta de que algo extraño estaba sucediendo, ya que el cordero no dejaba de crecer. Mientras tanto, las ovejas normales seguían desarrollándose a su propio ritmo.

El corderito dorado se había convertido en un animal gigante que se comía todo lo que encontraba a su paso, incluso pasto y ramas de árboles. La situación se volvió insostenible, ya que el animal requería una cantidad de comida mucho mayor a la que ellos estaban acostumbrados a proveer.

Entonces, decidieron enviar al pastor principal del pueblo en busca de ayuda para manejar la situación. Con su emoción y alegría, el pastor principal caminó largas millas para solicitar el consejo de un granjero vecino, que tenía fama de ser capaz de manejar cualquier cosa relacionada con la cría.

Sin embargo, antes de llegar al granjero, el pastor principal se topó con un camino desconocido que lo llevó a un bosque mágico donde se encontró con La Hada de la Ganadería. Era una mujer muy hermosa vestida con una túnica blanca y dorada; tenía alas con las que volaba por el bosque cuidando de los animales.

El pastor se acercó a ella y le contó su problema; le dijo cómo su corderito había crecido desmesuradamente en poco tiempo y que era incapaz de controlarlo, pues este necesitaba más del doble de comida que una oveja normal.

La Hada de la Ganadería escuchó con atención al pastor y se preocupó al saber que su capacidad para alimentar al cordero podría llevar a una hambruna en el pueblo, por lo que decidió tomar cartas en el asunto. La Hada del Bosque tocó su varita mágica y, en un instante, transformó al cordero dorado en una oveja normal, capaz de complementarse en número de los demás animales. La oveja dorada dejó de consumir la cantidad exorbitante de alimentos que requería y comenzó a florecer como cualquier otra.

El pastor principal estaba agradecido por la ayuda de La Hada de la Ganadería y se comprometió a recordar siempre la ayuda recibida. Antes de irse, la Hada dejó atrás algunas enseñanzas para el pastor, entre ellas que siempre debía cuidar de todos los animales de la misma forma, sin excepción, pues no se pueden tratar a los distintos miembros de una misma comunidad con diferencias.

De regreso al pueblo, el pastor principal sorprendió a sus colegas al contarles que había recibido ayuda de una Hada. Pero aún más sorprendente fue el hecho de que la oveja dorada se había transformado en una oveja normal, como si nunca hubiera sido algo tan diferente.

Así, los pastores aprendieron, gracias a La Hada de la Ganadería, la importancia de mantener un equilibrio justo en la cría de animales, brindándoles a todos por igual una atención justa. Desde entonces, los pastores trabajaron con grandes esfuerzos pero recibiendo un valor justo por su labor, lo que permitió que el pueblo se fortaleciera y que la comunidad se uniera para cuidar a los animales haciendo frente a las adversidades.

El pastor principal, mantuvo el recuerdo del gran momento que tuvo con La Hada de la Ganadería y siempre se acogió en su buen juicio para encontrara soluciones a problemas que surgían en el pueblo. Y así, la leyenda se popularizó entre los habitantes y sus tareas de pastoreo, que se transmitieron de generación en generación, asegurando que el valor de cada animal era único e igual a su compañero.

La Hada de la Ganadería siguió cuidando de los animales y de la naturaleza del bosque, siempre disponible ante cualquier llamado que la necesidad del mundo animal y los desafíos que se presentan.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
La Hada de la Ganadería
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