La Hada de la Literatura

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La Hada de la Literatura
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La Hada de la Literatura. Érase una vez en un pequeño pueblo, en el corazón de la campiña española, donde vivía una joven llamada Ana. Ana era una bibliófila empedernida, siempre había sido así. Desde pequeña leía todo lo que caía en sus manos, desde cuentos de hadas hasta obras de literatura clásica de autores españoles.

Un día, mientras Ana se encontraba en la biblioteca leyendo un libro de cuentos, escuchó una extraña risa que venía del otro extremo. Asustada, empezó a buscar a alguien que hubiera hecho ese sonido y fue entonces cuando vio una figura extraña. Se trataba de una diminuta hada, que parecía estar disfrutando mucho con su broma. Ana no podía creer lo que estaba viendo, pero no quería asustar a la hada y le preguntó su nombre y qué hacía allí.

La hada se presentó como “La Hada de la Literatura”. Ana se quedó sorprendida, nunca había oído hablar de un hada así. La Hada le explicó que ella era la guardiana de todas las historias y los libros del mundo, y que había venido a visitar la biblioteca donde se encontraba Ana.

Ana no podía creer lo que estaba sucediendo, pero estaba encantada con la visita de La Hada. Empezaron a hablar sobre sus libros favoritos y La Hada le contó una historia increíble. Le habló de un libro muy especial, que había sido escrito por uno de los más grandes escritores españoles de la historia. El libro era conocido como “El libro de la Vida” y se decía que quien lo leyera, tendría la oportunidad de vivir una experiencia única.

Ana estaba muy emocionada por conocer más sobre ese libro. La Hada le dijo que había una sola copia del libro en el mundo, y que se encontraba en la Biblioteca Nacional en Madrid. Ana había estado en Madrid muchas veces, pero nunca había visitado la Biblioteca Nacional. La Hada le dijo que si realmente quería leer ese libro, debería hacer un viaje especial.

Ana decidió que iría a visitar la Biblioteca Nacional de Madrid y allí leería ese libro tan especial. La Hada se despidió de Ana con una sonrisa, con la promesa de que se volverían a encontrar pronto. Ana estaba muy emocionada por emprender esta aventura.

Finalmente, llegó el día de partir hacia Madrid. Ana se fue en el primer tren que salía del pueblo y llegó a la capital española en cuestión de horas. Allí, visitó varios lugares emblemáticos de la ciudad, pero el objetivo real de su viaje era ir a la Biblioteca Nacional. Ana se esforzó mucho por encontrar el libro que le había mencionado La Hada, pero no lo encontró por ninguna parte.

Desanimada, decidió irse a casa. Mientras se dirigía a la estación de tren, decidió tomar un pequeño atajo. Caminaba por una calle solitaria cuando encontró una pequeña librería, de esas que parecían haber sido olvidadas por el tiempo. Decidió entrar y preguntar si tenían alguna información sobre el libro «El libro de la Vida».

Allí conoció a una anciana que llevaba muchos años viviendo en esa librería. La anciana parecía saberlo todo acerca de libros raros y antiguos. Ana le preguntó sobre el libro particular que estaba buscando y para su sorpresa, la anciana le dijo que tenía una copia del libro. Ana no podía creer lo que estaba pasando, pero la anciana le explicó que se lo había comprado a un viejo librero de Madrid, hace muchos años.

La anciana le dio el libro a Ana, a cambio de una promesa. La promesa era que Ana leería el libro y luego se lo entregaría a uno de sus amigos de la librería, que también era un amante de los libros. Ana, emocionada, aceptó la oferta y tomó el libro en sus manos. Se despidió de la anciana, prometiendo que lo leería y que lo devolvería.

Una vez en el tren con el libro en su regazo, Ana empezó a leer. Y lo que vino después, fue una experiencia indescriptible. Ana se sumergió en una historia fascinante sobre amor y pérdida, que le hizo sentir una amplia gama de emociones, desde la más profunda tristeza hasta la alegría más brillante.

Al final del libro, Ana se dio cuenta de que nunca había estado tan cerca de entender cómo funciona la vida. La historia había sido sublime y la dejó con la certeza de que ese libro había cambiado su vida para siempre.

Cuando llegó a su casa, Ana fue a la librería de la anciana y le entregó el libro. La anciana tenía lágrimas en los ojos mientras le preguntaba a Ana cómo se había sentido al leerlo. Ana, con una gran sonrisa en su rostro, le agradeció la oportunidad de haber leído un libro tan maravilloso.

Pasaron los años y Ana se convirtió en una escritora reconocida a nivel internacional. Cada vez que escribía alguna obra, lo hacía con la misma pasión que había encontrado en ese libro mágico. Cada vez que visitaba la Biblioteca Nacional, sentía una extraña emoción al recordar la visita de la Hada de la Literatura y la experiencia de haber leído «El libro de la vida».

Desde aquel día, Ana nunca volvió a ver a La Hada de la Literatura, pero siempre sintió su presencia mientras leía y escribía. A través de sus libros, Ana se convirtió en una maestra en la literatura española, igualando a los más grandes escritores de la historia. Ella siempre agradecerá a La Hada de la Literatura por haberla inspirado en su carrera literaria.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
La Hada de la Literatura
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