La Hada del Bienestar

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La Hada del Bienestar
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La Hada del Bienestar. Érase una vez, en una lejana tierra, donde la naturaleza era mágica y llena de vida, una pequeña hada llamada Luz, quien era la encargada de vigilar el bienestar y la salud de todas las criaturas del bosque. Luz era reconocida por todos por sus habilidades sanadoras y por su corazón lleno de bondad y amor.

La misión principal de Luz era mantener el equilibrio entre los elementos de la naturaleza, para que todos los seres pudieran vivir felices y en paz. La hada se encargaba de curar a los animales heridos y enfermos, de ayudar a las plantas a crecer y de mantener los ríos y arroyos limpios y libres de contaminación.

Una tarde, mientras la pequeña Luz volaba por el bosque, se encontró con un pájaro muy triste y enfermo. Al acercarse, se dio cuenta de que tenía una herida en su ala izquierda, y que ésta lo impedía volar y reunirse con sus compañeros. Luz se acercó al pájaro y comenzó a curar su herida con sus habilidades sanadoras, mientras cantaba una hermosa canción que hacía que el ave se sintiera mejor.

Después de un rato, la herida del pájaro comenzó a sanar, y éste empezó a mover su ala con más facilidad. El pájaro saltó sobre el hombro de Luz, saludándola y agradeciéndole por su ayuda y su amabilidad. Luz se sintió muy feliz por haber podido ayudar al pájaro y por haber restaurado su capacidad de volar, así que decidió seguir volando por el bosque para encontrar a más criaturas necesitadas de ayuda.

Mientras volaba, la hada se topó con un pequeño zorro que lloraba amargamente. El zorro estaba muy enfermo y no podía moverse del lugar. Luz se acercó con un frasco de ungüento que ella misma había preparado, y comenzó a curar al zorro con sus habilidades. Poco a poco, el zorro se fue recuperando, hasta que finalmente se levantó y comenzó a correr y a jugar por el bosque. El zorro agradeció a Luz por su ayuda y le proporcionó un sabio consejo: «Siempre sigue ayudando a los demás, y el bien siempre volverá a ti».

La luz siguió su camino por el bosque, encontrando a más animales enfermos y heridos que necesitaban su ayuda. Ella se tomaba el tiempo para cuidar de cada uno de ellos, dándoles su amor y su energía curativa, y enseñándoles a desarrollar sus propias habilidades de autocuración.

Una noche, mientras la Luz dormía en su jardín en el bosque, recibió una visita sorpresa. Se despertó con un suave toque en su hombro y al voltear la cabeza, descubrió una hermosa hada, que a simple vista se podía notar que era muy antigua, y su aspecto exudaba una gran sabiduría.

-¡Saludos, querida Luz! –dijo la misteriosa hada-. He venido aquí para darte un mensaje importante y darte una tarea que sólo tú, con tu don especial, puedes realizar.

-¡Dime, por favor! –exclamó Luz con curiosidad-. Estoy lista para cualquier desafío.

-El bosque en el que vives está en peligro –continuó la vieja hada-. Un ser humano ha empezado a talar los árboles y a contaminar las aguas del río. Si no haces nada, el equilibrio del bosque se romperá y todos los seres vivos correrán peligro.

-¿Qué puedo hacer? –pregunto Luz con preocupación.

-Debes hablar con el ser humano, y hacerle entender la importancia de cuidar el bosque y de mantener el equilibrio natural que existe en nuestro mundo –respondió la vieja hada-. Esta,no es una tarea fácil, necesitarás mucha paciencia y determinación, pero estoy segura de que tú, con tu amor y tu bondad, podrás lograrlo.

Luz, un poco asustada, pero muy decidida, decidió seguir el consejo de la vieja hada. Se preparó para buscar al ser humano que estaba dañando el bosque, y llegar hasta su corazón.

Después de días de recorrer el bosque sin encontrar al ser humano, Luz finalmente lo encontró. Era un hombre viejo y cansado, que cortaba los árboles para vender la madera, sin importarle el daño que le estaba haciendo al ecosistema.

Luz se acercó lentamente al hombre, sintiendo su corazón lleno de miedo, y le explicó los peligros de su acción y cómo estaban afectando a los demás habitantes del bosque. La Luz cantó una canción maravillosa que hizo que el hombre se sintiera mejor y le prometiera que nunca más volvería a hacerle daño al bosque nuevamente.

Y así fue, Luz regresó a su hogar con el corazón lleno de alegría y llenó de gratitud porque había podido salvar su hogar y a sus seres queridos. Gracias al amor, al compromiso y a la paciencia, la hada había triunfado una vez más sobre la adversidad.

Desde ese día, el bosque recuperó su equilibrio y sus criaturas vivieron felices una vez más. Y Luz, la hada del bienestar, siguió acompañando a todas las criaturas del bosque, brindándoles su amor y su ayuda siempre que lo necesitaban.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
La Hada del Bienestar
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