La Hada del Sol

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La Hada del Sol
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La Hada del Sol. Érase una vez en un reino lejano, la Hada del Sol, una bondadosa criatura que irradiaba luz y calidez a donde quiera que fuera. La Hada del Sol era muy querida por los habitantes del reino debido a su habilidad para hacer crecer las flores más hermosas y madurar las frutas más jugosas. Sin embargo, había una región en el reino que nunca había recibido la visita del Hada del Sol. Era un lugar soleado, pero baldío. Allí, nada crecía, no había signos de vida.

Un día, la Hada del Sol decidió visitar ese lugar abandonado para averiguar por qué nada crecía allí. Después de un largo vuelo, la Hada del Sol aterrizó en un páramo cubierto de polvo. Observando cuidadosamente, se percató que la principal razón por la cual nada crecía en esta tierra era debido a que la sequedad había extinguido todo lo que alguna vez fue verde.

Mientras seguía explorando, la Hada del Sol se topó con una misteriosa criatura encerrada en una jaula. La criatura era un zorro mágico con pelaje rojizo, sus ojos de ámbar la miraron con tristeza e impotencia. «¿Puedo ayudarte?», preguntó la Hada. El zorro explicó que fue capturado y encerrado por un granjero egoísta que quería usar su piel para hacer abrigos. El zorro había tratado de escapar desde hace varios días, pero las barras de la jaula eran demasiado fuertes para que pudiera romperlas.

La Hada del Sol no dejó que la crueldad del granjero la detuviera. Con un hechizo mágico, la jaula del zorro se abrió y éste corrió libre. El zorro mágico se sintió agradecido por la bondad del Hada del Sol.

«Te ayudaré a hacer crecer algo en este lugar baldío», dijo el zorro mágico. Luego, comenzó a desplazar su cola y sucedió algo increíble. El pelaje del zorro se convirtió en raíces y comenzó a crecer. «¡Mira!», exclamó, mostrando una flor amarilla que creció en el medio del páramo baldío.

La Hada del Sol quedó impresionada con la habilidad del zorro de hacer florecer las cosas. «Sígueme», dijo, «encontraremos algo más que puedas hacer aquí». Caminaron por la tierra baldía, y en unos pocos minutos, una hermosa enredadera de hojas verdes cubrió el suelo. Las raíces del zorro continuaron trabajando, y pronto, un árbol frutal surgió del suelo. El zorro mágico se había convertido en magia pura, y cada partícula de su cuerpo contribuyó en hacer crecer el lugar baldío.

Juntos, la Hada del Sol y el zorro mágico continuaron viajando por el reino para hacer crecer la vida. Con el hechizo de la Hada y la habilidad del zorro, las flores se abrieron y los árboles frutales crecieron y dieron frutos. La gente del reino estaba agradecida por la Hada del Sol y el zorro mágico y los alababan por sus habilidades mágicas.

Pero el granjero egoísta, que antes quería capturar al zorro para usarlo para hacer abrigos, estaba furioso. Pensó que la habilidad del zorro era importante solo para él, y estaba enojado porque no podía aprovechar la habilidad del zorro para su propio beneficio. Decidió atrapar al zorro una vez más.

Pero la Hada del Sol había protegido al zorro y le había dado una nueva vida. El zorro mágico ya no era vulnerable a la captura y se convirtió en un aliado inesperado de la Hada del Sol.

El granjero egoísta no solo perdió la oportunidad de hacer crecer su tierra con la ayuda del zorro mágico, sino que también perdió su habilidad para capturarlo. En cambio, decidió hacerse amigo de la Hada del Sol y el zorro mágico. Aprendió a trabajar con ellos para hacer crecer su tierra y vivió feliz para siempre.

Y así fue como la Hada del Sol y el zorro mágico transformaron un lugar baldío en un hermoso jardín de la vida. Vivieron felices en el bosque y continuaron ayudando a los necesitados en todo el reino. La gente del reino nunca olvidaría su bondad.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
La Hada del Sol
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