La historia del caballo que plantó flores. Había una vez un caballo llamado Ares, que vivía en un prado muy hermoso en medio del campo. Ares era un caballo muy especial, pues tenía la habilidad de hablar con otras criaturas del campo, como los conejos, las mariposas y las abejas.
Un día, mientras Ares pastaba en el prado, se dio cuenta de que el lugar se veía muy triste, pues no había flores de ningún tipo en los alrededores. Una sensación de tristeza embargó al caballo, que se preguntaba cómo podría hacer para que el lugar se viera más colorido y alegre.
Fue entonces cuando Ares recordó una historia que había escuchado cuando era pequeño, sobre un caballo muy especial que había logrado hacer florecer un prado entero con solo su poder y su amor por la tierra. Ares decidió que él también intentaría hacer algo así, para alegrar el corazón de las criaturas del prado.
Así, en una hermosa mañana de primavera, Ares comenzó a arar la tierra con sus pesadas patas traseras, mientras iba murmurando palabras suaves y melodiosas. Las criaturas del campo lo observaban con curiosidad y admiración, preguntándose qué estaba haciendo el caballo.
A medida que Ares iba avanzando poquito a poco, comenzaron a aparecer pequeños brotes verdes en la tierra oscura y húmeda. Los conejos y las abejas se acercaron para ver de cerca, y al ver lo que estaba sucediendo, comenzaron a ayudar al caballo con lo que podían, trayendo agua y semillas frescas para sembrar.
A medida que pasaban los días, los brotes se hacían más grandes y fuertes, y pronto se convirtieron en hermosas flores de todos los colores imaginables. Las criaturas del campo se maravillaban ante el hermoso espectáculo que tenían ante sus ojos, y se daban cuenta de que Ares había logrado hacer florecer todo el prado con su amor y su dedicación.
Desde entonces, Ares se convirtió en el caballo más respetado y querido del prado, y las criaturas del campo lo admiraban y seguían en todos sus proyectos y aventuras. Ares había demostrado que la pasión y el amor por la tierra podían lograr grandes cosas, y su legado se mantuvo en el corazón de todos los que lo conocieron.
En la actualidad, el lugar donde Ares hizo florecer el prado es considerado como un monumento a la naturaleza, y la gente de todo el mundo lo visita para experimentar la belleza y la paz del campo. La leyenda del caballo que plantó flores se ha convertido en un cuento maravilloso que inspira a la gente a amar y cuidar la tierra que nos rodea, para que puedan surgir cosas hermosas y sorprendentes.
Así, queridos niños y niñas, recuerden siempre la historia del caballo que plantó flores, y nunca dejen de creer en el poder del amor y la dedicación. Con un poco de esfuerzo y pasión, todos podemos lograr grandes cosas y hacer florecer nuestra propia historia en este mundo maravilloso.
