La Leoncita y el Día de la Naturaleza en el Parque. Érase una vez una pequeña leoncita llamada Lea, que vivía en el Parque Nacional de la Selva, rodeado de árboles, flores y animales. Lea era muy curiosa e inquieta, siempre quería explorar y descubrir cosas nuevas en su hogar natural. Un día, mientras se dirigía al río para beber agua, escuchó un rumor emocionante: ¡se acercaba el Día de la Naturaleza en el Parque! Un día especial donde los animales, los seres humanos y la naturaleza se unían para celebrar y cuidar la belleza y la grandeza de la vida en la selva.
Lea se emocionó tanto que no paró de contarles a todos sus amigos la noticia, incluso a su mejor amiga Carola, la monita capuchina. Carola estaba igual de emocionada y ambas decidieron explorar todo el parque para averiguar sobre las actividades que se realizarían en el Día de la Naturaleza.
Durante su recorrido, Lea y Carola se encontraron con Mina, la mariposa, quien les contó que habría una exposición sobre plantas medicinales y sus beneficios; allí podrían aprender todo acerca de las plantas de la selva y cómo son utilizadas para cuidar la salud de los animales y los seres humanos.
Mientras tanto, Rodolfo, el oso hormiguero, les habló sobre su actividad favorita en el Día de la Naturaleza: ¡un concurso de comida! Cada animal debería cocinar su plato favorito con ingredientes de la selva, y el ganador tendría el honor de llevarse una medalla de oro.
Lea y Carola se emocionaron mucho al escuchar sobre el concurso de comida, ya que eran grandes fans de los platos típicos de la selva. Sin embargo, no sabían nada sobre cocinar, por lo que decidieron buscar a un amigo que pudiera enseñarles lo básico de la cocina.
Después de mucho buscar, finalmente encontraron a Luisa, la boa constrictora, quien les contó que ella había cocinado con su familia durante generaciones, y que estaría encantada de enseñarles todo lo que sabía.
Luisa les dio las indicaciones y los ingredientes para su plato favorito, tacacho con cecina, mientras les cuenta sobre las costumbres y tradiciones de su pueblo.
Lea, Carola y Luisa pasaron una tarde maravillosa cocinando juntas. Luisa enseñó a las dos amigas cómo pelar plátanos, freírlos y hacer la cecina. Lea y Carola aprendieron a trabajar juntas y a escuchar las instrucciones de Luisa con paciencia y atención.
Finalmente, el gran día llegó. Todos los animales y los seres humanos del Parque Nacional de la Selva se reunieron en la plaza central para celebrar el Día de la Naturaleza. La leoncita y su mejor amiga, Carola, estaban emocionadas por el concurso de comida y ansiosas por saber quién sería el ganador.
Después de las primeras rondas de degustación, finalmente llegó el momento de probar los platos de los finalistas. Lea y Carola estaban seguras de que tenían una oportunidad de ganar con su delicioso tacacho con cecina, pero también estaban un poco nerviosas.
Cuando el presentador del concurso anunció que el ganador era… ¡La leoncita y su mejor amiga!, Lea y Carola no podían creerlo. Fueron a recoger su medalla de oro, y toda la selva estalló en aplausos y felicitaciones.
Al final de la celebración, Lea y sus amigos disfrutaron de todas las actividades del Día de la Naturaleza en el Parque. Aprendieron sobre plantas medicinales, compartieron comidas deliciosas y conocieron nuevas amistades.
Lea y Carola aprendieron que a veces, las mejores aventuras que puedes tener son las que buscas con tus amigos, y que siempre puedes seguir aprendiendo cosas nuevas en la naturaleza. Y así, mientras se despedían de la celebración y se dirigían a su hogar en la selva, la leoncita recordó que la amistad y el amor por su hogar natural eran los verdaderos regalos del Día de la Naturaleza en el Parque. Con estos pensamientos en la cabeza, se durmieron felices y llenos de energía.