La Leoncita y el Día en la Playa

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La Leoncita y el Día en la Playa
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La Leoncita y el Día en la Playa. Érase una vez una pequeña leoncita llamada Lola. Lola era muy curiosa y siempre estaba buscando aventuras. Un día, mientras exploraba la selva con su familia, descubrió que el mar estaba cerca. La leoncita había oído hablar sobre la playa y estaba muy emocionada por conocerla.

Después de mucha persuasión, Lola logró convencer a sus padres para que la dejaran ir a la playa. Ellos le advirtieron acerca de los peligros del mar y le recordaron que debía ser muy cuidadosa. Lola prometió ser responsable y se dirigió a la playa emocionada.

Cuando llegó a la playa, descubrió un mundo completamente nuevo. Ver la arena suave y blanca por primera vez fue mágico, así que comenzó a saltar de un lado a otro. Pronto encontró un grupo de animales que habían llegado a la playa para pasar el día y se unió a ellos.

Todos comenzaron a jugar y Lola disfrutó muchísimo de la playa. Cuando el sol empezó a calentar mucho, decidieron refrescarse en el mar. Lola se emocionó al ver el agua cristalina y corrió hacia él.

Sin embargo, cuando llegó al agua, se detuvo. No sabía nadar y no había pensado en ello. Afortunadamente, los demás animales eran muy amables y le ofrecieron ayuda para aprender a nadar. Gracias a ellos, Lola aprendió los movimientos básicos y pudo disfrutar del mar.

A medida que la tarde iba avanzando, los animales se movieron hacia la orilla. Lola se dio cuenta de lo divertido que era hacer un castillo de arena y decidió hacer uno ella misma. Recolectó conchas para decorarlo y, cuando terminó, estaba muy contenta con la obra de arte que había creado.

De repente, Lola sintió un cambio en el viento. La brisa se hizo más fuerte y comenzó a traer nubes grises. Los otros animales notaron esto también y comenzaron a moverse hacia casa. Lola no quería irse de la playa, pero cuando su tía le pidió que la siga, accedió a regañadientes.

Cuando llegaron a casa, Lola estaba empapada, cansada y feliz. Su madre inmediatamente corrió para secarla y cuidarla. Mientras tanto, el padre de Lola le preguntó cómo había sido el día. Lola le contó todo acerca de la playa y de cómo había nadado por primera vez. A su padre le encantó escuchar todos los detalles de las aventuras de su hija.

Finalmente, Lola se fue a dormir feliz, sabiendo que había tenido un día inolvidable lleno de diversión, aprendizaje y nuevas experiencias. Anhelaba volver a la playa lo antes posible y compartirla con todos los animales que había conocido.

Y así fue, la leoncita Lola visitó la playa muchas veces más, aprendió a nadar como una profesional y disfrutó de paseos en bote y de observación de la fauna marina. Nunca se olvidó de su primer día en la playa y siempre se consideró una aventurera gracias a esa experiencia.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
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