La liebre y la tortuga

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La liebre y la tortuga
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La liebre y la tortuga. Érase una vez, en un tranquilo bosque, una liebre muy vanidosa. La liebre era la más rápida del bosque, y le gustaba alardear constantemente de su velocidad y destreza.

Por otro lado, había una pequeña tortuga, que siempre se movía con calma y paciencia. La tortuga, a diferencia de la liebre, era muy amable y siempre ayudaba a los demás animales del bosque cuando estos lo necesitaban.

La liebre y la tortuga nunca habían hablado entre ellas. Pero un día, mientras la liebre corría a toda velocidad, se topó con la tortuga en su camino.

La liebre se burló de la lentitud de la tortuga, y la pequeña tortuga no dijo nada. La liebre continuó su camino, dejando atrás a la tortuga.

Esa tarde, la liebre estaba muy segura de sí misma y se jactaba con otros animales acerca de sus habilidades. La tortuga escuchaba en silencio, mientras la liebre hablaba y hablaba.

De repente, un grupo de animales llegó corriendo y gritando, pidiendo ayuda. Todos ellos habían sufrido un accidente con unos troncos que habían caído en la carretera.

Mientras los animales trabajaban juntos para retirar los troncos, la liebre, en vez de ayudar, se fue a descansar y se echó a dormir bajo un árbol.

La tortuga, sin embargo, sintió empatía por los demás y decidió ayudar. Con su pequeña cabeza y sus fuertes patas, la tortuga trabajó duro y ayudó a retirar los troncos de la carretera.

Los demás animales aplaudieron y agradecieron a la tortuga por su ayuda y dedicación. La tortuga, por su parte, se sentía muy satisfecha y feliz por haber ayudado a los demás.

La liebre, al despertar, en lugar de sentirse agradecida, se sintió muy orgullosa de ella misma. La liebre pensó que ella era la más importante y que no necesitaba ayudar a los demás, ya que era más rápida, admirable y valiente.

Pero esa noche, mientras la liebre trataba de dormir en su cama de hojas, no podía dejar de pensar en la tortuga. No podía dejar de pensar en la forma en que la tortuga se había sacrificado para ayudar a los demás.

La liebre pensó: «Yo he sido muy egoísta y vanidosa. He estado demasiado preocupada por mí misma y he olvidado lo importante que es ayudar a otros».

La liebre decidió, a partir de entonces, ser más amable y más servicial con los demás. Decidió abandonar su arrogancia y su egoísmo y comenzar a trabajar en beneficio de los demás, tal como lo había hecho la tortuga.

A partir de ese día, la liebre y la tortuga se convirtieron en amigas inseparables. La liebre aprendió a valorar la paciencia y la dedicación de la tortuga, y la tortuga aprendió a apreciar la rapidez y la destreza de la liebre.

Las dos amigas comenzaron a trabajar juntas para ayudar a los demás animales del bosque, y pronto se convirtieron en las líderes y protectores del bosque.

La liebre aprendió la importancia de la empatía y la ayuda mutua. Y así, ella y la tortuga vivieron felices para siempre, y enseñaron a todos los demás animales del bosque la importancia de la paciencia, la dedicación, la humildad y la ayuda mutua.

FIN.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
La liebre y la tortuga
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