La maldición del tesoro de los piratas de Nassau. Érase una vez en las aguas de Nassau, un grupo de piratas garridos fondeados en la costa, ansiosos por conseguir el tesoro del Capitán Roger, un hombre temido por su astucia e inteligencia. Según la leyenda, este enigmático personaje nunca había sido capturado y su tesoro se había convertido en una obsesión para muchos de los más grandes nombres del mar.
La leyenda decía que el tesoro estaba escondido en lo profundo de una misteriosa isla, una en la que nadie había puesto un pie en siglos. La mayoría de los marineros creían que la isla estaba maldita, llena de trucos peligrosos y de una extraña niebla que hacía imposible navegar en sus aguas sin una precisa navegación.
A pesar de los peligros, un grupo de intrépidos piratas decidió arriesgarse y partir en busca del tesoro. Durante varios días navegando, estos valientes náufragos se acercaron cada vez más a la isla maldita, hasta que por fin la divisaron en el horizonte.
La isla era escarpada, con una gran cantidad de cuevas y montañas. La primera noche durmieron sin problema en la playa, pero al despertar al día siguiente, la niebla se había espesado tanto que no se veía a más de tres metros. Los piratas se dieron cuenta de que estaban atrapados en la isla aunque decidieron seguir avanzando.
Comenzaron a escalar una alta montaña que parecía el punto más alto de la isla en busca de una vista panorámica. No obstante, cuando llegaron a la cima, se encontraron con una visión horrorosa: una gran cantidad de esqueletos, montones de huesos de marineros previos que habían naufragado en el lugar.
Tan pronto como pusieron un pie en el terreno, la isla se desató. Inesperadamente, el suelo comenzó a temblar y la energía negra rodeó todo lo que estaba a su alrededor. Los árboles más cercanos comenzaron a moverse y las piedras se juntaron para formar aberturas. El ambiente se volvió pálido poco a poco y, al cabo de unos segundos, un cadáver apareció justo detrás de ellos.
Los piratas habían comenzado a sentir el temido efecto de la maldición de los huesos de Nassau, la cual decían que no podía ser destruida. El capitán del grupo de piratas, un hombre valiente y astuto, decidió dividir a su equipo en dos. Uno se iría rumbo sur y el otro rumbo este. Darían la vuelta a la isla para poder encontrar algún camino hacia el tesoro.
Lograron avanzar a pesar de la maldición, pero para cuando se encontraron en el punto de origen, más de la mitad de los hombres habían caído bajo los efectos de la maldición y la falta de alimento y agua. Solo quedaban ocho hombres, todos cansados y desaliñados, decididos a seguir adelante, a pagar cualquier precio para llegar a la isla de Roger, el Capitán.
Finalmente, después de luchar contra la maldición, los piratas encontraron una cueva en la que el tesoro estaba escondido detrás de piedras y cofres. Los piratas también encontraron el cadáver de algo en la cueva, pero no estaba claro qué era. El misterio del cuerpo fue resuelto cuando el grupo encontró una nota en la cual el Capitán Roger declaraba que había sido devorado por monstruosos seres que habitaban la isla y que había sido bendecido por la maldición de los huesos.
Los piratas no resistieron la necesidad de conseguir el tesoro y empezaron a retirar las piedras. Pero el tesoro estaba imbuido de una energía oscura que, cuando se tocó, hizo que una horrible criatura mutada por la maldición de los huesos apareciera, y comenzó a atacar al grupo.
Finalmente, el valiente capitán, y los hombres que quedaban, lucharon con todas sus fuerzas y consiguieron eliminar a la criatura del mal de una vez por todas. Trajeron a un sacerdote local, que les ayudó a bendecir el tesoro para disipar la maldición. Y después de tanto tiempo, el tesoro del Capitán Roger fue desenterrado y finalmente lograron hacerse ricos. Como agradecimiento, los piratas dieron una parte generosa de su tesoro al sacerdote y a su comunidad para que pudieran pagar sus deudas y comenzar nuevas empresas.
A medida que los años pasaron, la leyenda del Capitán Roger y su tesoro maldito se convirtieron en una historia maravillosa que se contaba a los marineros en los bares de los puertos. Y aunque los piratas valientes no pueden compartir la historia por sí mismos, la gente todavía encuentra el tesoro de Roger y siente sus efectos misteriosos. Pero eso es otra historia que contar otro día.