La mansión encantada de Halloween

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La mansión encantada de Halloween
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La mansión encantada de Halloween. Érase una vez una mansión misteriosa que aparecía en la ciudad sólo durante la noche de Halloween. Se decía que la casa estaba encantada por los espíritus que habían habitado allí, hace muchos años atrás.

Un niño llamado Tomás había oído hablar de la mansión y estaba decidido a conocerla. La noche de Halloween, cuando la luna estaba llena y brillaba en el cielo, Tomás salió de su casa disfrazado como un superhéroe y se dirigió a la mansión encantada.

Cuando llegó, la puerta estaba abierta de par en par, invitándolo a entrar. Sin embargo, Tomás se abstuvo de tocar la puerta y se quedó observando la casa. De repente, escuchó un ruido que venía desde el interior de la casa y decidió entrar.

Al entrar, se encontró en un gran salón lleno de telarañas y polvo. Sintió un escalofrío cuando oyó unos murmullos que venían de la zona oscura al final del pasillo principal.

Se armó de valor y caminó hacia la oscuridad. En la puerta cerrada del final del pasillo, pudo sentir ruidos y siniestros. Detuvo su respiración, y empujó la puerta.

Dentro de la habitación se encontraba una niña pequeña: era Emily, la hija de los antiguos propietarios de la casa. Había quedado atrapada allí durante años, desde que una tormenta desgarradora la sorprendió y la dejó sola en la casa maldita.

Emily llevaba años pidiendo ayuda, pero nadie la escuchaba desde hacía tantos años. Cuando Tomás la vio, se sintió compadecido por ella y trató de ayudarla a escapar.

Tomás buscó y encontró una llave antigua que abría la puerta de los antiguos aposentos de los dueños de la casa. Con valentía y templanza, abrió la puerta y los dos corrieron hacia la luz que se veía a lo lejos.

Era la salida que Tomás conocía. Con astucia, Tomás logró escapar de la casa maldita, llevando consigo a Emily, quien ya no tuvo que sufrir su encierro solitario.

En la casa encantada, las cosas comenzaron a cambiar poco a poco después de que Tomás y Emily escaparon. Los murmullos desaparecieron, las puertas dejaron de cerrarse solas y las telarañas desaparecieron.

Después de esa noche en la que Tomás ayudó a Emily, la mansión encantada dejó de existir. Las historias que se contaban sobre ella se redujeron a meros rumores y Tomás se convirtió en un héroe en la ciudad.

A partir de ahí, Tomás siempre supo que, aunque era pequeño, podía hacer grandes cosas. Y aunque la mansión encantada ya no existía, Tomás siempre recordaría la valentía que demostró al salvar a Emily, incluso en la presencia del miedo y del terror.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
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