La mariposa y la flor

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La mariposa y la flor
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La mariposa y la flor. Érase una vez una mariposa llamada Luna, que viajaba de flor en flor en busca de néctar para alimentarse. A medida que volaba de un lugar a otro, Luna observaba a todos los animales que la rodeaban y disfrutaba de la belleza del mundo a su alrededor. Pero un día, mientras se alimentaba en una flor, se dio cuenta de algo triste.

Justo al lado de la flor en la que estaba posada, había una pequeña flor marchita y triste. Luna se acerco a la flor y le preguntó: «¿Qué te pasa? ¿Por qué estás tan triste?».

La flor respondió: «Hace varios días que no llueve y no tengo suficiente agua para mantenerme viva. Me encuentro muy débil y tengo miedo de no sobrevivir».

Luna se sintió muy mal por la flor y decidió hacer algo para ayudarla. Decidió salir en busca de agua para poder traérsela a la flor y así salvarla. Luna se dio cuenta de que necesitaba un recipiente para poder transportar el agua, pero ella no tenía nada para llevarla.

Entonces, Luna tuvo una idea brillante. Recordó que en el campo vivía una pareja de ratones llamados Juan y Marta. Luna pensó que ellos podrían ayudarla a buscar un recipiente para el agua, por lo que decidió ir en busca de ellos.

Después de un tiempo volando, Luna encontró a los ratones. Les explicó lo que había pasado con la flor y les pidió ayuda para encontrar un recipiente y un poco de agua. Los ratones, muy solidarios, aceptaron ayudarla y comenzaron a buscar en los alrededores.

Después de un rato, encontraron un recipiente grande y lo llenaron de agua para llevarlo a la flor marchita. Luna, los ratones y el recipiente con agua regresaron a la flor triste y la cubrieron con una hoja, para que pudiera mantenerse hidratada y protegida de los rayos del sol.

Durante las próximas horas, la flor comenzó a recuperarse gradualmente. Luna y los ratones estaban muy contentos al ver su progreso. La mariposa posó sobre la flor cuidadosamente, mientras que los ratones se acurrucaron al lado de la flor para asegurarse de que todo estuviera bien.

La flor marchita pronto se transformó en una planta más fuerte y saludable, y comenzó a florecer nuevamente. Luna, los ratones y la flor se convirtieron en grandes amigos y siempre estuvieron dispuestos a ayudarse mutuamente.

La mariposa aprendió una valiosa lección sobre la empatía y la importancia de ayudar a aquellos que nos rodean. A veces, una pequeña acción puede significar una gran diferencia para alguien que lo necesita.

Desde ese día, Luna continuó explorando el mundo, pero también aprendió la importancia de estar atenta a los demás y ser solidaria. Siempre estaba lista para ayudar a sus amigos, grandes o pequeños, porque sabía que juntos podían hacer una gran diferencia.

La mariposa y la flor se convirtieron en una historia popular entre los animales del campo, y se contaba a menudo a jóvenes mariposas y ratones como un ejemplo de la amistad y la empatía.

La flor y los ratones la recordarían durante el resto de sus vidas y se enorgullecerían de haber ayudado en la recuperación de una compañera del campo. Y Luna nunca olvidaría la lección que aprendió acerca de lo importante que es tomar medidas para ayudar a los demás.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
La mariposa y la flor
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