La noche del bosque encantado de las hadas de Halloween. Érase una vez un bosque encantado donde habitaban cientos de hadas. Este bosque estaba escondido detrás de un gran castillo, rodeado de montañas y ríos. Para los humanos era invisible, pero para las hadas era su mundo mágico y encantado. Y en el mundo de las hadas, Halloween era una época de fiesta y celebración.
La noche del 31 de octubre, todas las hadas se vestían con sus mejores atuendos, abrigadas con capas de hojas y con sus varitas mágicas en mano, preparadas para celebrar su fiesta más importante del año. La luz de la luna llena iluminaba el bosque con un brillo mágico y todas las hadas volaban hacia el gran castillo para unirse a la fiesta.
Mientras volaban, se encontraron con un pequeño conejo asustado y temblando. Las hadas preguntaron al conejo qué le había pasado y él les respondió que había visto algo extraño y peligroso en el bosque. Las hadas no dudaron en ayudarlo y lo acompañaron para investigar qué era lo que estaba pasando.
Al llegar al bosque, las hadas encontraron una extraña energía que rodeaba los árboles y, al acercarse, se dieron cuenta de que el bosque estaba siendo invadido por murciélagos malvados. Las hadas se sintieron tristes y enojadas al ver cómo los murciélagos estaban destruyendo su hogar, pero no dudaron en defenderlo.
Las hadas, con su magia, crearon una luz intensa que iluminó todo el bosque y ahuyentó a los murciélagos. El bosque volvió a ser mágico, encantado y lleno de alegría. Como agradecimiento, el pequeño conejo decidió ayudar a las hadas a llevar los ingredientes mágicos para la fiesta de Halloween.
Cuando las hadas llegaron al castillo, se encontraron con una gran sorpresa. Los ingredientes que el conejo había recolectado tenían un toque mágico con sus poderes especiales para hacer que la fiesta sea aún más espectacular. Las hadas no dudaron en empezar a preparar la fiesta, decorando el castillo con su gran creatividad.
La fiesta era mágica y llena de alegría. Todas las hadas se divirtieron cantando y bailando. Comieron una deliciosa mesa llena de dulces y frutas mágicas y disfrutaron viendo las historias más terroríficas contadas por las abuelas hadas en el Castillo Real.
También había sorpresas como el gran espectáculo de las marionetas y un increíble show de fuegos artificiales. Pero lo más especial de todo fue la entrega de los premios a los amigos más valiosos del bosque. El pequeño conejo recibió un gran aplauso por su valentía en la defensa del bosque encantado y su amistad para con las hadas.
Muy tarde esa noche, cuando la fiesta terminó, las hadas se prepararon para irse a casa. Antes de partir, le dieron al pequeño conejo un ovillo de lana mágico, que le permitiría volar como una mariposa mágica a través del bosque. El conejo se sintió muy especial y feliz, tenía la sensación de haber hecho nuevos amigos en el bosque encantado de las hadas de Halloween.
La noche del bosque encantado de las hadas de Halloween, fue una noche mágica y misteriosa, llena de alegría y sorpresas. Cada año, las hadas se reunirían para celebrar esta fiesta y todos los años invitarían a todos los amigos del bosque a unirse a ellos. Nunca olvidarán que juntos, pudieron defender su hogar, para que esa noche fuera siempre una noche de alegría en el bosque encantado de las hadas de Halloween.
FIN.
