La Nochebuena de los Animales del Bosque. Érase una vez, en una fría noche de invierno, en el bosque más frondoso de la región, los animales se reunieron para celebrar una navidad diferente, donde todos estuvieran juntos en paz y armonía. En esta noche mágica, esperaban ansiosos la llegada de Papa Noel.
Al atardecer, los animales comenzaron a juntarse en el claro del bosque decorado con luces y adornos. Los ciervos venían con sus grandes cornamentas adornadas con ramitas de abeto y las ardillas con su pelaje brillante y recién bañado en estrellas doradas y plateadas.
Todo el bosque estaba en calma y silencio. Solo se escuchaba el crujido de la nieve bajo las patas de los animales y sus risas y conversaciones.
Hasta que, de repente, un rumor llegó al claro del bosque. Se decía que Papa Noel vendría más tarde de lo esperado, pero que no se preocuparan, ya que tenía una gran sorpresa para todos ellos.
Los animales no podían dejar de preguntarse qué sería esa sorpresa. ¿Tal vez una montaña de regalos? O quizás, una noche llena de música y diversión.
La ansiedad crecía en el claro del bosque mientras esperaban impacientes la llegada de Papa Noel. Fue entonces cuando, de repente, apareció en el cielo una luz brillante. Los animales la vieron cada vez más cerca, hasta que por fin reconocieron que era el trineo de Papa Noel.
Todos formaron un gran círculo, expectantes. Estaba cubierto de nieve y con todos sus adornos navideños, y se detuvo exactamente en el centro del bosque.
De pronto, apareció Papá Noel, vestido de rojo y con su barba blanca, sonriendo y saludando a todos los animales con tono amable. «¡Feliz Navidad a todos, grandes y pequeños!“, exclamó con alegría.
Los animales del bosque saltaron y vibraron de emoción al oír su voz. Sabían que iban a tener una navidad inolvidable.
De repente, Papá Noel alzó su mano y dijo: “Esta noche los animales del bosque recibirán un gran regalo”. Los animales se miraron entre ellos, sus corazones acelerados.
Papa Noel sacó entonces de su bolsa un gran paquete envuelto en papel dorado y comenzó a repartir un regalo a cada animal del bosque.
Los ciervos recibieron juguetes de madera con adornos navideños y las Ardillas recibieron regalos pequeños, pero llenos de amor. Los pequeños conejos recibieron chocolates y dulces, mientras que los pájaros recibieron semillas y frutas frescas.
Los animales del bosque estaban tan contentos que todos juntos comenzaron a cantar villancicos y a festejar mientras la nieve caía suavemente sobre ellos.
Al final de la noche, Papá Noel se despidió con alegría, deseándoles a todos un feliz año nuevo. Los animales volvieron a sus hogares con sus regalos, llenos de amor y felicidad.
Desde entonces, cada año los animales del bosque se reunen en el claro del bosque para celebrar la Nochebuena, contando historias y cantando villancicos alrededor de una hoguera y compartiendo regalos y alegría en esta noche tan especial.
Y así, en cada Navidad, el bosque vuelve a cobrar vida, llenándose de un espíritu mágico y lleno de felicidad, donde los animales se unen en una noche llena de amor y armonía, esperando la llegada de Papá Noel y su regalo especial.
