La Perrita de la Estación de Bomberos. Érase una vez en una pequeña ciudad, una perrita muy especial. Esta perrita se llamaba Lola y vivía en la estación de bomberos. Era la mascota de todos los bomberos que trabajaban allí y estaba muy feliz de estar rodeada de gente a menudo.
Lola era una perrita muy inteligente y siempre estaba al tanto de lo que sucedía en la estación de bomberos. Sabía algo más que sentarse, dar la pata y ladra cuando le pedían, ¡Ella estaba lista para apoyar! Así es como se ganó el amor y el cariño de todos los rescates que pasaban por la estación.
Un día, la campana sonó y todos los bomberos se prepararon para salir en su camión rojo brillante. Lola estaba emocionada porque sabía que algo emocionante estaba a punto de pasar. Salieron de la estación y se dirigieron a un incendio. El fuego era grande y los bomberos sabían que necesitarían ayuda para detenerlo. No podían simplemente apagar el fuego, tuvieron que asegurarse de que las personas que estaban dentro pudieran salir sanas y salvas.
Mientras los bomberos trabajaban increíblemente duro para extinguir el fuego, Lola no dudó en ayudar. Ella sabía que no era solo un incendio, había seres que también necesitaban ser salvados. Lola corrió hacia el edificio en llamas y comenzó a ladrar lo más fuerte que pudo para llamar la atención de las personas que estaban adentro. Los vecinos de los edificios cercanos se dieron cuenta de que algo estaba mal y llamaron a otros servicios de emergencia. Finalmente llegaron otros bomberos quienes la ayudaron a sacar a unas personas del edificio.
Cuando los bomberos regresaron a la estación y todos se cuidaron, el Capitán se paró frente a ellos.
– Chicos, ustedes no solo hicieron un gran trabajo al apagar ese incendio, ayudaron a las personas a salir a salvo también. Pero, ¿Quién fue el héroe que ayudó a sacar esas personas?
– Fue Lola – dijo un bombero.
El Capitán sonrió.
– ¡Fantástico! – Dijo el Capitán. – Lola, ¡Eres una gran perrita! Ya tienes un lugar especial en nuestro corazón, pero ahora también estás formalmente en el equipo de bomberos para apoyarnos siempre.
Desde aquele día en adelante, Lola no solo fue la mascota de la estación, sino también miembro del equipo de bomberos. Los bomberos habían diseñado un pequeño chaleco para ella, con el logo de la estación y su nombre; Lola, especificando que era la perrita de la estación de bomberos.
A partir de entonces, cada vez que había una emergencia, Lola estaba lista y preparada para ofrecer su ayuda. Ella no solo era muy buena en lo que hacía sino que también estaba convencida de que su deber era apoyar a los bomberos en cualquier cosa que necesitaran.
Un día, la ciudad organizó un gran desfile para celebrar la valentía de los bomberos, en honor a ellos y a sus perros. Los bomberos prepararon sus camiones rojos brillantes y la multitud se reunió, lanzando confeti y sonriendo, mientras los bomberos pasaban. La gente gritaba, tocaba las bocinas de sus autos y aplaudían para demostrar cuánto los amaban.
Cuando llegaron los perros, todos gritaron aún más fuerte. Estaban tan encantados de estar allí y de ver a los perros que eran parte de la lucha contra incendios junto a sus dueños, ese mismo día Lola fue la estrella del desfile, todos querían fotografiarse con ella.
Después del desfile, al llegar a la estación, Lola estaba muy cansada, bajo a las escaleras de la estación y justo en la puerta principal. Se recostó junto a la puerta, respirando profundamente y relajándose. Un bombero se acercó y le acarició la cabeza.
– Ese fue un buen trabajo, Lola, quiero que sepas cuánto te apreciamos, fuiste lo mejor del desfile.
Lola sonrió y movió la cola, estaba feliz, pero estaba muy cansada. Se durmió justo en la puerta principal, con el chaleco que tenía puesto, y pensando en lo feliz que estaba de haber sido parte del equipo de bomberos.
Desde entonces, Lola participó en todas las búsquedas y salvamentos que ocurrieron, en todas las emergencias y fue un miembro valioso del cuerpo de bomberos de la ciudad. Todos los bomberos estaban muy satisfechos con su trabajo y se sentían muy agradecidos de tenerla en su equipo.
De vez en cuando, Lola pensaba en lo lejos que había llegado, desde el momento en que llegó a la estación de bomberos sin imaginar su destino, en realidad se sentía extraordinaria por ser la perrita de la estación de bomberos… y entre los bomberos, es la mejor perrita bombera del mundo.