La princesa y el reino de las aves

Tiempo de lectura: 4 minutos

La princesa y el reino de las aves
¿PREFIERES UN AUDIOCUENTO?

Si prefieres, puedes escuchar el cuento mientras haces otras tareas

La princesa y el reino de las aves. Érase una vez en un reino mágico situado en medio de un bosque frondoso, la princesa Aliya, una joven hermosa y valiente, vivía feliz junto al rey y la reina. Pero Aliya tenía un secreto que la hacía diferente a los demás: amaba a los pájaros y por las noches se escapaba al jardín del palacio para hablar con ellos.

Un día, mientras paseaba por el bosque, escuchó un canto dulce y melodioso que la atrajo hacia una casita diminuta. Allí, entre arbustos y flores, vivía una anciana sabia y bondadosa que curaba a los animales y a las plantas con sus hierbas mágicas. Aliya se acercó a ella y le preguntó sobre el canto que había oído.

«Es el canto de los pájaros del reino de las aves», le respondió la anciana. «Es un sitio maravilloso en el que habitan todas las especies de aves del mundo. Pero, ten cuidado, princessa, el señor de las aves es un ser malvado que no permite la entrada a cualquiera».

Aliya, decidida a conocer ese lugar, se despidió de la anciana y comenzó su travesía por el bosque. Después de horas de caminata, llegó a un campo extenso y verde. Allí vio una multitud de aves de todos los tamaños y colores, revoloteando en el cielo. La princesa no pudo contener su emoción y comenzó a saludarlas a todas.

Pero en medio de ellas había un águila majestuosa y feroz que la miraba con desprecio. «¿Qué haces aquí, princesa?», dijo con una voz ronca. «Este es nuestro territorio, no permitimos la presencia de los humanos. Lárgate o tendré que hacerte daño».

Aliya, valiente como siempre, le habló con dulzura y le contó su amor por los pájaros, sus deseos de hacer amistad y de conocer el reino. La águila, al escuchar sus palabras, decidió ponerla a prueba. «Te daré una oportunidad», dijo. «Si superas tres pruebas, podrás entrar al reino de las aves».

La primera prueba consistía en construir un nido para un polluelo que había caído del árbol. La princesa no sabía nada sobre hacer nidos pero recordó que la anciana le había hablado de unas fibras especiales que se encontraban cerca del camino. Aliya buscó y encontró las fibras y con mucha paciencia las tejió en forma de cuna acolchada y calientita. El polluelo se sintió cómodo y satisfecho. «Muy bien hecho», dijo la águila. «¿Estás lista para la segunda prueba?»

La segunda prueba exigía que Aliya ayudara a un grupo de aves en su migración anual. La princesa pensó en toda la comida y agua que podrían necesitar y organizó un campamento de emergencia en el camino de la migración. Las aves, en agradecimiento, volaron a su alrededor y la guiaron por el camino correcto. «Impresionante», dijo la águila. «Solo falta una última prueba. Esta es decisiva».

La tercera prueba consistía en rescatar un pequeño gorrión que había quedado atrapado en una rama. Pero no era una tarea fácil ya que la rama se encontraba sobre un río. Aliya, sin perder la paciencia, pensó en un plan que consistió en pararse en tierra firme y lanzarse con la ayuda de una cuerda en el aire para atrapar al gorrión. Tuvo éxito y el gorrión se sintió aliviado al estar nuevamente en tierra firme. «Eres increíble, princesa», dijo la águila. «Como prometí, has pasado las tres pruebas y has demostrado tu amor y respeto hacia nosotros. Eres bienvenida al reino de las aves».

La princesa, emocionada y agradecida, recibió una medalla con forma de pájaro y luego se adentró en el reino de las aves. Allí, pudo conocer a muchos pájaros increíbles con características únicas y extraordinarias. Hizo amistad con una bandada de gorriones que le enseñaron un canto especial y con una lechuza sabia que le contó los secretos del bosque.

Aliya se sintió agradecida por haber cumplido su sueño y por haber sido aceptada por los pájaros. Regresó a su palacio con la medalla colgando en su pecho y con la promesa de regresar al reino de las aves muchas veces más. Y así lo hizo. Cada vez que la princesa Aliya necesitaba consejo o alegría, visitaba a sus amigos voladores y disfrutaba de la compañía y del canto dulce de los pájaros. La princesa y el reino de las aves, juntos para siempre.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
La princesa y el reino de las aves
¿Te ha gustado «La princesa y el reino de las aves»?
¡Compártelo con tus amigos!
Facebook
Twitter
Pinterest
WhatsApp
Email
Imprimir