La princesa y el reino de los dulces

Tiempo de lectura: 3 minutos

La princesa y el reino de los dulces
¿PREFIERES UN AUDIOCUENTO?

Si prefieres, puedes escuchar el cuento mientras haces otras tareas

La princesa y el reino de los dulces. Érase una vez una princesa llamada Carla, que vivía en un reino rodeado de montañas de dulces. Este reino estaba hecho de caramelos, chocolates y pasteles y todos sus habitantes eran muy felices. Pero a pesar de que había dulces por todas partes, la princesa Carla no podía disfrutar de ellos, ya que su padre, el rey, había decidido prohibirle comerlos.

Un día, Carla decidió que tenía que hacer algo para cambiar la situación y poder disfrutar de los dulces del reino. Así que se disfrazó como una ciudadana común del reino y salió a explorar. Mientras caminaba, la princesa notó que muchos de los dulces del reino habían desaparecido y que las personas parecían menos felices de lo que solían ser.

Carla se dio cuenta de que algo estaba mal y decidió buscar una solución. Fue entonces cuando se encontró con un anciano que le dijo que los dulces del reino estaban siendo robados por un malvado villano que vivía en la montaña más alta del reino.

La princesa, no dudó en buscar una solución y decidió ir a la montaña para ver por sí misma lo que estaba sucediendo. Cuando llegó a la cima, descubrió que el villano, un ogro gigante y furioso, tenía un almacén lleno de dulces robados del reino.

Carla sabía que no podía enfrentarse sola al gran ogro, así que decidió idear un plan para detenerlo y recuperar todos los dulces robados. Con la ayuda de sus amigos de la aldea, construyeron una enorme trampa para el ogro y lo atraparon.

Cuando el villano se encontró atrapado, la princesa lo convenció de que lo mejor era devolver los dulces al reino y que juntos podrían tener la oportunidad de vivir felices. El ogro accedió y de inmediato devolvió todas las golosinas robadas al reino.

Carla se volvió muy popular en el reino y agradecida, la gente la nombró comandante en jefe de la defensa del reino y protectora de sus dulces. A partir de ese momento, la princesa empezó a disfrutar de los dulces y todos en el reino vivieron felices para siempre.

La moraleja de la historia es que siempre debemos luchar por lo que creemos, que si queremos algo es importante no desistir y encontrar una solución, siempre tenemos amigos fieles que nos pueden ayudar y juntos podremos superar cualquier dificultad. Y, que no hay nada más dulce en la vida que compartir momentos felices con nuestros seres queridos.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
La princesa y el reino de los dulces
¿Te ha gustado «La princesa y el reino de los dulces»?
¡Compártelo con tus amigos!
Facebook
Twitter
Pinterest
WhatsApp
Email
Imprimir