Las ositas y la entrega del cartero

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Las ositas y la entrega del cartero
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Las ositas y la entrega del cartero. Érase una vez en un bosque muy lejano, vivían dos ositas muy particulares: Lila y Sofía. Las dos ositas eran muy amigas, aunque cada una tenía una personalidad muy diferente. Lila era una osita muy tímida y reservada, mientras que Sofía era muy atrevida y aventurera.

Un hermoso día de verano, las dos ositas decidieron salir a pasear por el bosque. Caminaron durante horas y horas en busca de aventuras y cosas nuevas que descubrir. Después de un rato, se encontraron con un cartero muy ocupado que corría por el bosque muy apresurado.

-¡Buenos días, señor cartero! –saludó Sofía muy emocionada.

-¡Buenos días, ositas! ¿Cómo están hoy? -respondió el cartero sin detenerse.

-¡Muy bien, muchas gracias! ¿Estás muy ocupado? –preguntó Lila.

-Sí, estoy muy ocupado hoy. Tengo una entrega muy importante que hacer en el pueblo cercano -contestó el cartero.

-¿Una entrega importante? –preguntó Sofía con curiosidad- ¿Qué es?

-Es una carta muy especial que tiene que llegar a tiempo a su destinatario. El pueblo está lejos, así que tengo que darme prisa para que llegue a tiempo -respondió el cartero.

-¡Oh! ¿Y podemos ayudarte en algo? –preguntó Lila tímidamente.

-¡Por supuesto! Me vendrían muy bien unas pequeñas ositas para ayudarme a llevar la carta. Pero esta es una entrega muy importante y no sé si están preparadas para ayudarme -respondió el cartero dudando.

-¡Nunca tenemos miedo! –dijo Sofía con valentía.

-¡Sí! –respondió Lila emocionada- ¡Podemos ayudarte!

El cartero, aunque un poco preocupado, aceptó la ayuda de las dos ositas. Le entregó la carta a Sofía y le explicó que era muy importante que llegara a tiempo al destinatario. Las dos ositas tomaron la carta con mucho cuidado y empezaron su aventura. Iban caminando por el bosque, atravesando ríos y montañas, pero sin perder esa gran sonrisa que las caracterizaba.

Pasaron muchas horas caminando y la noche llegó rápidamente. Las dos ositas estaban cansadas y preocupadas de no poder encontrar el pueblo. Tenían hambre, frío y mucho miedo. Sin embargo, no se rindieron e intentaron encontrar la aldea.

Finalmente, después de mucho caminar, encontraron el pueblo. Vieron una pequeña casa con una luz encendida y supieron que era la casa del destinatario. Corrieron hasta la puerta y tocaron el timbre. Después de un rato, un señor muy amable abrió la puerta y se emocionó mucho al ver a las dos ositas entregándole la carta.

-¡Gracias, muchas gracias! –dijo el señor abrazando y agradeciendo a las ositas.

Las dos ositas estaban felices y contentas. Habían cumplido su misión y habían ayudado a alguien. Esa noche, regresaron a casa con el cartero, quien les agradeció por su gran ayuda. Les contó historias por el camino y las dos ositas se divirtieron mucho.

Cuando llegaron de regreso al bosque, las dos ositas se durmieron profundamente, felices y satisfechas por haber cumplido su misión y por haber ayudado a alguien en el camino. Fueron una gran inspiración y ejemplo para otros animales del bosque, quienes aprendieron de su valentía y amistad.

Desde ese día, Lila y Sofía se convirtieron en las ositas más famosas del bosque, porque habían ayudado al cartero y habían entregado una carta muy importante. Y así, cada vez que el cartero tenía una entrega difícil que hacer, siempre pedía la ayuda de las dos ositas más valientes y aventureras del bosque.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
Las ositas y la entrega del cartero
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